En medio del anuncio, Trump se aferra al poder, y se niega a aceptar la derrota a pesar de los resultados que ya fueron ratificados, por tanto yo no hay vuelta atrás.
Por María T. Morales
Tras un mes y medio de celebrar las elecciones, Joseph R. Biden Junior fue declarado como el presidente número 46 de los Estados Unidos de América, por el Colegio Electoral.
La victoria hoy reafirmada por la autoridad electoral estadounidense tira al traste decenas de demandas que, sin fundamento, el aún presidente Donald Trump y miembros del Partido Republicano presentaron tras la arrasada contienda que dio como favorito a Biden.
Una a una, las demandas de Trump, alegando fraude electoral, fueron desestimadas; la última de estas dictada por la Suprema Corte la semana pasada, fue el golpe que dejó moribundo todo esfuerzo de los republicanos por cambiar el rumbo de los resultados que dieron como ganador a Biden, desde un principio.
El ejército de incondicionales aliados de Trump poco a poco ceden, y aunque tal vez nunca acepten al nuevo presidente, respetarán la decisión del pueblo.
Las elecciones del 2020 que se desarrollaron en medio del divisionismo, la proliferación de actos de racismo y sentimientos de desesperanza, debido a la pandemia de la COVID-19, ha comenzado a pintar un nuevo horizonte.
Grupos minoritarios, inmigrantes, trabajadores del campo, estudiantes; incluidos en la agenda de Biden, ven el futuro con esperanza de cambios para mejorar.
Entre los retos de la nueva administración están, en primera fila, frenar la pandemia de la COVID-19, estabilizar la economía, recuperar el medio ambiente, según expertos.