Por Alberto Barrera
Pittsburg, California – El presidente de El Salvador Nayib Bukele advirtió el lunes que la crisis del transporte de carga, que ha provocado atrasos de suministros a nivel mundial, generaría una peligrosa escasez de bienes y subida de precios en el país.
“Cuidado con la demanda de los consumidores de las fiestas. Si no se aborda la crisis de la cadena de suministro, veremos una gran escasez de bienes y, en consecuencia, más inflación”, dijo Bukele en un tuit.
La pandemia generó desde el año pasado atrasos en la entrega de productos provenientes de Asia debido al cierre de fábricas, fronteras y medidas restrictivas en todo el mundo lo cual fue notable en diciembre. En marzo el efecto fue mayor con el atasco durante una semana de un inmenso buque carguero en el Canal de Suez que impidió la entrega de productos en Europa. El transporte de carga se enfrentaba también a una escasez de contenedores.
Bukele se refirió el tema al comentar una nota de la cadena de televisión estadounidense CNN que dijo que el viernes concluyó una racha ganadora de tres días de las acciones estadounidenses, pese a que los tres principales índices del Dow terminaron en verde y fue “su mejor semana desde finales de junio. El Dow está solo un 2 % por debajo del máximo histórico que alcanzó en agosto”, dijo el reporte de negocios.
Y a eso Bukele publicó otro tuit en el que sostuvo que “Wall Street simplemente no lo entiende. Las ganancias no son ´reales´, es solo más dinero que se emite con la misma cantidad de acciones.”
Luego explicó contundentemente: “¡Se avecina una verdadera crisis en las CADENAS DE SUMINISTRO! Productos, puertos, combustible, barcos, camiones, fábricas, trabajadores, piezas, recursos. ¡Está justo frente a nosotros!”
En la bahía de San Francisco se observan enormes barcos de carga estacionados debido al atascamiento en el puerto de Oakland y de muchos en el mundo, que según expertos es una crisis de suministros porque los barcos no descargan sus fletes por la falta de contenedores y “chasís” en los que se apoyan para llevarlos a lugares en que los transportan camiones a sus destinos.
La advertencia de expertos es que lo efectos más severos serían en países pobres y en economías que dependen mucho de las importaciones, en especial a las empresas minoristas.
Carlos Barrera, asesor logístico en El Salvador, dijo a Voz de la Diáspora que debido a que China tiene un 40 por ciento de la producción mundial ejerce un peso importante en el comercio global y que al enfrentar problemas por la pandemia y luego la crisis de falta de contenedores genera un efecto en cadena.
“Al faltar un eslabón en la cadena de suministro se vuelve más difícil poder cubrir las demandas y desde que vino la pandemia de COVID-19 se perdió la cadena de suministros”, dijo pero aclaró que en el encierro China siguió produciendo, aunque no tuvo suficientes contenedores “para cubrir las demandas” cuando muchos países reabrieron actividades.
También aludió el caso del transporte terrestre que enfrenta a problemas por el atraso en la salida de cargas en los puertos y los precios han aumentado.
“Difícil situación se ve y se está sintiendo en el transporte de carga”, dijo Oscar Sandoval, un salvadoreño-estadounidense de media edad residente en Los Ángeles, quien desde hace seis años conduce su enorme tráiler dentro de Estados Unidos, a veces de costa a costa.
“Camiones haciendo lentas filas y se hacen largas esperas, ´yardas´ vacías (enormes terrenos para camiones y cargas), taller sin tener qué reparar porque no hay chasis (una plataforma en la que se monta un tenedor para moverlo hacia los camiones)”, dijo.
Explicó que los chasis que se necesitan “están con un contenedor en algún lugar de la compañía para que las descarguen” y además como “el personal se redujo las descargas son más lentas”, sostuvo.
“La esperanza es que cuando esos barcos llenen los puertos de mercadería haya mucho trabajo y los precios sean muy buenos”, pero es justo lo que preocupa a los exportadores de Centroamérica que se han alertado ante los altos costos de los fletes marítimos.
Pero Barrera dijo que el sector de empresas logísticas que auxilian a exportadores se ha encontrado que ya no hay barcos disponibles para transportar carga hasta inicios de enero de 2022.
“El sector exportador está siendo afectado por la crisis mundial que ha provocado incremento de precios del transporte” y con ello a la competitividad “de bienes de bajo valor y de alto volumen, ya que en muchos casos el valor del flete se iguala al valor del producto”, dijo en un comunicado Fecaexca que aglutina a asociaciones de exportadores de los cinco países centroamericanos, Panamá y Dominicana.
La BBC de Londres aludió en un análisis el aumento excesivo de precios de los fletes y comparó que “en septiembre de 2020 mover un flete de China a Estados Unidos costaba USD $4, 469. Un año después cuesta USD $20,615. En un año el precio se ha más que cuadriplicado.”
Barrera citó el caso del puerto de Los Ángeles en donde dijo que hay un promedio de 75 cargueros parados, lo que Sandoval le respondió en un chat que sostuvimos que “sí, ayer yo cargue en Long Beach y estaba topado de barcos”. Lo mismo pasa en el puerto de Los Ángeles saturado de barcos a la espera de poder descargar los productos transportados.
El transporte de carga terrestre también está en crisis por los precios del combustible, principalmente en California, y además no hay suficientes camiones. Los precios de esos vehículos se han disparado en el mercado estadounidense. “Aquí se ha dado un fenómeno que no hay camiones para la compra y los pocos que hay los precios se fueron a las nubes, y si quieres uno nuevo te piden un año para entregarlo”, dijo.
Desde Londres la cadena de noticias “CNN Business” confirmó la crisis actual en todo el mundo. “El costo de los envíos se está disparando” y “esas son noticias preocupantes para los minoristas y los compradores, especialmente para la época de Navidad”, dijo.
El problema es global y tiene múltiples factores y no se sabe cuánto tiempo llevará resolverlo, aunque todos vinculados a la pandemia COVID-19 la cual no se sabe cuándo podría ser controlada.