Por Oscar Vigil
Toronto, Canadá. Todo mundo está de acuerdo en que las comparaciones siempre son odiosas, sin embargo, cuando se trata del manejo de la pandemia del Coronavirus, la mejor forma de saber si en un país se está manejando bien la situación es en comparación con el resto de los países del mundo. Y a la vista de dicha comparación, todo indica que Canadá lo está haciendo bastante bien, pero no así algunos países de América Latina.
Hasta el día martes 7 de julio al medio día, según datos de la Universidad Johns Hopkins, en Canadá había 105,935 casos registrados de Coronavirus, 8,693 muertos, 69,570 recuperados, 27,672 casos activos y 2,128 casos críticos. Estos números, así en simple, parecen ser elevados, sin embargo, cuando se comparan con la población total del país de 37,747,023 habitantes, los números tienden a relativizarse.
En concreto, en Canadá se han producido 2,806 casos por cada millón de habitantes y han muerto 230 personas por cada millón de habitantes, es decir 23 por cada cien mil y, desde otra óptica, alrededor del 8% de los infectados.
En comparación, en los Estados Unidos se ha producido hasta este momento un poco más de 3 millones de infectados y han fallecido 133,302 personas. El ritmo de contagios es de 9,234 personas por cada millón de habitantes y el de fallecidos es de 403 por cada millón de habitantes
Pero lo más grave de esta comparación probablemente es que mientras en Canadá el número de casos diarios sube en un promedio de 399 por día y mueren aproximadamente 9 infectados por día, en los Estados Unidos cada día se contagian alrededor de 50 mil personas y mueren 378 cada día. He ahí la razón del porque las fronteras continúan cerradas.
Nadie duda que en Canadá el COVID-19 golpeó con fuerza, y que el impacto se sintió mayormente en las personas de la tercera edad y con particularidad en las casas de retiro. Tan grave ha sido la situación, especialmente en las provincias de Ontario y Quebec, que hay investigaciones en curso y se esperan cambios importantes en el manejo de estos lugares de retiro para los miembros de la tercera edad.
Sin embargo, el manejo de la pandemia a nivel de todo el país y particularmente en algunas provincias ha sido ejemplar, sobre todo al observar el bajo número de infectados y de muertes en proporción con la población total del país. Pero también ha sido ejemplar por el comportamiento de la clase política y de la población en general.
La clase política se despojó en gran medida de los intereses partidistas y cooperó en el manejo adecuado de la pandemia. Obviamente nada es perfecto y no ha faltado algún político desubicado que ha tratado de llevar agua para su molino a costa de la salud de la población, pero quienes han cometido ese pecado sin duda lo van a pagar cuando lleguen las próximas elecciones.
El más beneficiado con el buen manejo de la crisis ha sido sin duda el Primer Ministro Justin Trudeau, quien además de centrarse en las medidas de protección sanitaria también se ha preocupado por la salud de la economía y ha implementado una serie de medidas que favorecen tanto a los trabajadores como a los dueños de empresas, sobre todo a las pequeñas y medianas.
Así, ha logrado capitalizar un amplio apoyo popular que lo ubica en alrededor del 40-42% entre los votantes, lo que le auguraría un gobierno de mayoría si las elecciones se realizaran en los próximos días.
Otro de los beneficiados ha sido el Premier de la provincia de Ontario, Doug Ford, quien en los días previos a la pandemia había capitalizado una enorme carga negativa y antipatía de amplios sectores de la sociedad al realizar una serie de fuertes recortes en las áreas sociales de la provincia. Su caída en las encuestas era estrepitosa, pero ahora, aunque los números todavía no reflejen una sólida recuperación, la opinión ciudadana sí ha visto con mucha simpatía el buen manejo que ha hecho de la crisis.
La pandemia en América Latina
Lamentablemente en diversos países del continente la situación no se ve con muy buenos ojos: de los primeros diez países que poseen los números más altos de contagios y muertes provocadas por el COVID-19, cuatro son latinoamericanos y en uno más se habla español: Perú, España, Chile, México y Brasil. Los otros cinco son Estados Unidos, India, Rusia, Inglaterra e Irán.
¿Qué tienen en común estos 10 países? ¿o esos cinco países de nuestro continente y/o cultura? Realmente nada, solo que sus números de infectados y muertos son sumamente elevados y que el impacto a largo plazo que genere esta crisis va a ser sin lugar a duda muy fuerte con ellos.
Brasil es el más patético con 1,626,071 casos, 65,556 muertos y una tasa de crecimiento de casos de aproximadamente 21 mil por día y 656 muertos por día. Aquí la culpa se la echan al presidente, Jair Bolsonaro, quien desde el inicio dijo que el COVID-19 no era nada más que una simple gripe y se negó a tomar medidas sanitarias. Ahora, hasta él está contagiado con Coronavirus.
En la lista sigue Perú, de lejos, pero con números importantes: 305,703 casos registrados, 10,296 muertos, 2,985 nuevos casos diarios y 183 muertes diarias. Muy cerca de los números de Perú está España con 298,869 casos en total y 28,388 muertes. Los nuevos casos diarios son relativamente bajos: 414, al igual que el número de muertes diarias: 3, por lo que España ha entrado ya a una fase de recuperación en la cual se han abierto las fronteras y muchos negocios ya están operando.
Un poco más abajo está Chile con 298,557 casos y 6,384 muertos en total. Diariamente se reportan aproximadamente 3,025 nuevos casos y 76 nuevos fallecidos por la enfermedad.
Finalmente tenemos a México con 256,848 casos reportados y 30,630 muertos. El número de casos aumenta en aproximadamente 4,683 casos diarios y en 273 muertes por día. Una diferencia fundamental de México con el resto de los países latinoamericanos en esta lista es el tamaño de su población, que es de 128,951,496, es decir que es más de tres veces más grande que la población de Canadá.