Siete de cada diez solicitantes de refugio son aceptados como residentes permanentes
Por Oscar Vigil
Toronto, Canadá. Cuando Elena decidió abandonar su pequeño pueblo en el oriente del país, agobiada por las maras, el primer destino en que pensó fue en los Estados Unidos. Sabía que tanto el viaje por tierra como el asentamiento no sería nada fácil, pero nunca se imaginó que se le iba a convertir en un verdadero infierno que la obligaría a continuar su peregrinaje hasta Canadá.
Elena tuvo que romper el grillete con localizador satelital que le habían colocado los funcionarios del departamento de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (Immigration and Customs Enforcement, ICE) para que no se desapareciera en suelo estadounidense. Lo mantuvo durante un año y lo rompió el día en que emprendió el viaje para dirigirse más hacia el norte del continente, hasta cruzar la frontera de Canadá por un punto ciego. Ya una vez aquí, solicitó refugio para ella y para su hija adolescente.
Según las estadísticas más recientes del Consejo de Inmigración y Refugio de Canadá (Immigration and Refugee Board, IRB), en el año 2018 llegaron al país un total de 504 salvadoreños pidiendo refugio. De ese total, el gobierno canadiense le concedió el estatus de refugiado, que los conducirá a la residencia permanente y luego a la ciudadanía, a 275. Ese mismo año rechazó a 106, nueve abandonaron sus casos y 17 más los retiraron alegando diversas razones para totalizar 407.
El resto aún estaba a la espera de una respuesta positiva o negativa al 31 de diciembre del año pasado, al igual que otros más que llegaron en años anteriores y que totalizan 699 compatriotas que están pendientes de que se les permita vivir legalmente en un país en el cual finalmente podrían cumplir sus sueños de prosperidad.
Francisco Rico, abogado de origen salvadoreño que llegó también como refugiado a Canadá, pero hace ya tres décadas, es el co-director de la organización comunitaria FCJ Refugee Centre, entidad que se dedica a atender de forma gratuita a inmigrantes y refugiados que por miles llegan año con año al país.
Rico dice que durante la última década el número de solicitantes de refugio provenientes de El Salvador se había mantenido sin muchos cambios, pero que desde hace aproximadamente tres años se ha visto un incremento sustancial.
“Se creía que iba a haber más solicitantes salvadoreños de refugio por la gente que está perdiendo el Estatus de Protección Temporal (TPS) en los Estados Unidos. Al principio (cuando fue suspendido por el presidente Donald Trump) vinieron algunos, pero no ha sido en gran cantidad, y la tasa de aceptación está subiendo, anda por el 67%”, explicó.
De hecho, en febrero del año pasado diversas organizaciones salvadoreñas y latinoamericanas formaron una coalición para abogar por las personas que serían afectadas por la eliminación del TPS en los Estados Unidos. Su propuesta era que el gobierno de Canadá flexibilizara algunos de sus programas migratorios de tal forma que los afectados pudieran solicitar la residencia en Canadá a través de programas ya existentes. La propuesta llegó hasta las altas esferas del gobierno canadiense, pero las medidas nunca se materializaron.
Así, los datos del IRB muestran que en el año 2016 fueron 244 los salvadoreños que solicitaron refugio en Canadá, número que comparado con los 504 que lo hicieron en el 2018 refleja un incremento de cerca del 100 por ciento en apenas dos años, es decir, casi el doble.
La mayoría de los salvadoreños que llegan a las oficinas del FCJ Refugee Centre, ubicadas en Toronto, explican que vienen huyendo de agresiones, extorsiones, de reclutamientos forzados, de violencia en ciertas áreas de la ciudad y en el interior del país, y básicamente alegan que las autoridades no tienen ni la capacidad ni la intención de protegerlos, manifestó Rico.
“Ahora estamos recibiendo solicitudes de refugio por problemas de pandillas, además de El Salvador, también de ciudadanos de otros países centroamericanos, como guatemaltecos y hondureños, aunque no son muchos, pero nunca lo han sido”, señaló.
El caso de Elena es precisamente uno de estos, pero ella y su hija tienen tanto miedo que aceptan hablar sobre su experiencia sólo a cambio de que no se utilicen sus nombres verdaderos. Su temor es que las pandillas en El Salvador puedan identificarlas y atentar contra la familia que les ha tocado dejar atrás.
Graduada universitaria, Elena trabajaba como maestra de primaria en una escuela rural en la zona oriental del país, la cual era frecuentemente asediada por las pandillas locales hasta que un día el plantel y su personal docente fueron hostigados directamente. Fue una experiencia aterrorizadora, explica, que continuó durante las semanas siguientes.
Elena solicitó que la trasladaran a otra escuela, pero lo único que le pudieron ofrecer en el Ministerio de Educación fue otro centro educativo cercano que padecía de similares problemas.
“Cuando un alumno llega a tu clase y te dice, ‘profesora, ¿sabe qué quiero hacer cuando sea grande? ¡Quiero matar gente!’, es una señal de que las cosas no están bien. Y en El Salvador hay un crimen organizado, es toda una red, y si uno se va a otro lugar es monitoreado y lo pueden hallar fácilmente”, comentó.
Por esa razón, “por la inseguridad que está pasando nuestro país en estos momentos, no me quedó otra opción que salir para los Estados Unidos. Pero en los Estados Unidos no se le están abriendo las puertas a los refugiados y decidí venirme a Canadá porque me dijeron que aquí los estaban aceptando”, argumentó.
Sus expectativas de ser aceptada como refugiada en este país dependen obviamente de la solidez de su caso, sin embargo, de entrada, sus probabilidades ya son 7 a favor versus 3 en contra.
Primer ministro Justin Trudeau y sus Tweets
Los políticos de la derecha canadiense culpan al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, del Partido Liberal, de ser el causante de la oleada de solicitantes de refugio que en los últimos dos años han llegado a la frontera que este país comparte con los Estados Unidos.
Todo esto comenzó, acusan, desde que, a propósito de la imposición de políticas antiinmigrantes en los Estados Unidos, el 28 de enero del 2017 el mandatario canadiense lanzó un famoso tweet que decía: “Para aquellos que huyen de la persecución, el terror y la guerra, los canadienses te darán la bienvenida, independientemente de tu fe. La diversidad es nuestra fuerza #BienvenidoACanadá
Los datos claves del refugio canadiense
- El Salvador no está entre los 10 países que producen más refugiados en Canadá, pero sí lo estuvo en los años anteriores. Ahora, el número de refugiados de otros países se ha incrementado.
- El nivel de aceptación de refugiados en Canadá es uno de los más altos del mundo: alrededor del 64% de tasa de aceptación a nivel global.
- Canadá tiene la definición de refugio más amplia del mundo. Incluye la definición de la convención de refugio, que habla de persecución, pero también tiene riesgo (una persona que su vida esté en riesgo por distintas razones) y se ha incluido la convención en contra de la tortura (si una persona está en riesgo de ser regresada y torturada). Y el riesgo implica pandillas, maras, violencia generalizada pero dirigida individualmente a la persona.
- Una de las grandes bases de las solicitudes de refugio de los salvadoreños es la violencia de las pandillas
- El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cambió las causas de aceptación para solicitantes de refugio: no acepta violencia de género y violencia doméstica, y no acepta violencia de pandillas. Pueden solicitar asilo por estas causas, pero van a ser rechazados.
Fuente: Francisco Rico, co-director del FCJ Refugee Centre, en Toronto.