Redacción Voz de la Diáspora
Reportes de Olimpia Álvarez/Fotos cortesía: Jeovani O Franco
En septiembre de 2001 Jeovani O Franco, un salvadoreño destacado, emigró a Estados Unidos. Ese año, no se imaginó que a sus 34 años se convertiría en un chef exitoso en Nebraska y mucho menos que destacaría en la industria gastronómica en un país con altos niveles de exigencia en el arte culinario.
O Franco salió del departamento norteño de Chalatenango. Su camino, al igual que el de muchos inmigrantes, no fue fácil.
Los obstáculos y retos que tuvo que sortear, el miedo a la deportación y el frío extremo, no lo detuvieron. El camino a la superación inició en la construcción, y tiempo después, cuando obtuvo su permiso de trabajo, su sueño de ser el mejor en la cocina se materializó.
Desde que llegó a trabajar en la industria culinaria, procuró perfeccionar su sazón. En el 2014 ganó el premio a mejor empleado del año en el casino Ameristar. Al siguiente año, en el 2015 obtuvo tres títulos como campeón de las mejores salsas.
En 2017, obtuvo dos logros más en diferentes competencias Champions de cocina; ese mismo año viajó a otros estados de la unión americana y trajo a Nebraska más premios y la enorme satisfacción de haber representado de manera digna a su país, El Salvador.
Un año después, en 2018, se coronó en cinco competencias más y se ubicó entre los mejores cocineros del país norteamericano. Y este año, 2019, lo inició con el pie derecho al agenciarse el título “The Blended Burger battle” en la ciudad de Omaha.
O Franco compitió con los mejores chefs del país. Todos tenían que elaborar la mejor hamburguesa, un platillo típico en Estados Unidos, y fue el salvadoreño quien se llevó el reconocimiento de los jueces.
Para octubre, este chalateco se ha puesto como meta obtener el primer lugar en la competencia «Culinary Fest» en Chicago. Competencia que espera con ansias y para la que se prepara arduamente para darle un triunfo más a su amada patria.
O Franco se describe como un especialista en la cocina china, italiana, americana, cubana y por supuesto en la salvadoreña. El joven salvadoreño considera que ahora que ha encontrado su pasión cocinando, tiene la fortuna de disfrutar lo que hace a diario y de ser un referente para todos sus compatriotas.
