Texto y Fotos: Wilfredo Díaz./Facultad de Ciencias Agronómicas UES *Colaborador VDD
Ahuachapán, en náhuatl significa, “Lugar de los Manantiales”. Es la ciudad de los Ausoles, Farolitos, historia, cultura y turismo, por sus termales volcánicos, atractivo natural para turistas y habitantes. Ubicada a 97 kilómetros de San Salvador. Hay que tener precaución a las explosiones hidrotermales.
Octubre de 1990, habitantes del cantón El Barro de Ahuachapán, aseguran haber tenido un día normal. Los abrigó la noche y se fueron a descansar. Algunas viviendas, estaban a unos metros del ausol que explotó ese año, los residentes del lugar, escuchaban retumbos en todo momento, nunca se imaginaron que se venía lo peor para ellos.

Era una noche tranquila, apropiada para escuchar el cantar de las auroras, ave nocturna y los pequeños grillos. Los habitantes de los ausoles, Agua Shuca, descansaban confiadamente. A media noche, los que vivían lejos de la fumarola, escucharon una explosión y gritos de auxilio. La gente se despertó asustada. Corrieron a ver qué pasaba entre la oscuridad y el vapor lanzado del ausol.
La noche que parecía tranquila, terminó en tragedia. Llegan al lugar, encuentran viviendas destruidas por el lodo hirviendo, expulsado por el termal. Estaban impresionados, al ver una escena de terror, sus vecinos estaban quemados de su cuerpo, los auxiliaron y trasladaron al hospital. Veinticinco de ellos, poco a poco fallecieron.
Treinta y cinco años después, El ausol Agua Shuca, se activa en el 2025, no dejó víctimas, como la primera vez.

Los ausoles son áreas geotérmicas hidrotermales, con ellos se puede generar energía. Cuando explotan, sale vapor, lodo, arcilla, agua hirviendo, piedras con minerales de azufre, calcio, magnesio y hierro.
Investigadores de la Universidad de El Salvador, se trasladaron al lugar donde ocurrió la explosión el 10 de julio del 2025. Recogieron muestras y tomaron medidas de flujos de gases volcánicos e hidrotermales. Los habitantes estaban asustados y tristes por lo sucedido. Algunos árboles, se quemaron, días después fueron talados. En un video, se ven soldados y policías, que corrían para evitar ser alcanzados por el vapor y lodo caliente, que expulsó el ausol, una escena de angustia, todos querían salvar sus vidas.
“Lo sucedido en el termal, Agua Shuca de Ahuachapán, fue una “Erupción Hidrotermal”, fenómeno natural, que ocurre cuando el vapor de agua fluye del subsuelo hacia la superficie, a través de fracturas tectónicas de rocas o fallas locales. Los fluidos hidrotermales son ácidos, que alteran y destruyen las rocas, convirtiéndolas en arcillas. Estas sellan los conductos, acumula presión de vapor y con el tiempo destruye el sello y genera una erupción hidrotermal, lanzando agua caliente, lodos y rocas”.

“Recogimos muestras y datos del lugar, se analizaron en el laboratorio de la UES y otras se enviaron al Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico Ckelar Volcanes, de la Universidad Católica del Norte de Chile, tenemos resultados positivos. Antes de la explosión, la gente asegura haber visto ceniza en los árboles y movimientos anormales en el agua del ausol, tenían que haber avisado a los expertos, para evitar una tragedia, por suerte, no hubo daños humanos, solo árboles quemados”.
“Damos seguimiento a los sitios hidrotermales del país, para analizar, estudiar, investigar e informar su comportamiento a las personas que visitan las zonas. Nuestros datos, los daremos a conocer a las autoridades correspondientes”, concluye el Doctor Miguel Hernández, coordinador de la carrera de Ingeniería Geológica de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de El Salvador.
La Erupción Hidrotermal de Agua Shuca, no fue una reacción volcánica, sólo liberó gases
Estos fenómenos naturales, pueden pasar años sin tener una actividad agresiva, pero cuando sucede, dejan daños materiales y humanos, no hay que confiarse. Científicos de la UES, han concluido el análisis de las muestras sustraídas de la explosión. Con detalle, fueron estudiando y analizando cada muestra traída del lugar y teniendo éxito en la investigación.

“Tenemos resultados no alarmantes, no se trata de una erupción volcánica, solo fue una explosión hidrotermal, suceden de manera natural en estos lugares. Es normal por los gases y la presión de vapor, que hay en la zona necesitan salir. Hay que tener precaución vivir o estar cerca de estos lugares, es peligroso. Con esta explosión, podemos ver el tipo de depósito o materiales que lanzó a unos 70 metros de distancia y 10 metros de altura de los árboles quemados”.
“Estos hidrotermales, están en una estructura geológica gigante denominada caldera de Ataco, departamento de Ahuachapán. Recogimos muestras de gas, agua y depósitos sólidos, para saber su comportamiento, si fue por su misma naturaleza, que tan frecuente lo hace o si es una reacción volcánica, lo cual este último no tiene una relación”.
“La zona donde cayeron los depósitos expulsados, tenían color gris, se pensó que era ceniza, pero no es así, es material sólido, arcilla, mineral de partículas más pequeñas que la arena. Con el equipo multigas, se evaluó la cantidad de azufre, es mínima, si se compara con vapor de agua y CO2, no es una señal volcánica. Este fenómeno natural, sucede por el agua caliente subterránea que hay en la zona”, asegura el Geoquímico, investigador y vulcanólogo, Emerson Martínez, coordinador de la Unidad de Desarrollo Académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de El Salvador.

El Alma Mater, cuenta con un equipo multidisciplinario de investigadores, de las Facultades de Química y Farmacia, Ciencias Agronómicas, Naturales y Matemáticas y Multidisciplinaria de Occidente, donde cada uno de ellos aporta sus conocimientos académicos, técnicos y científicos.
Los datos obtenidos, lo entregarán a las autoridades de la UES, científicos nacionales e internacionales, Ministerio de Medio Ambiente, Protección Civil, alcaldía municipal, policía, bomberos y medios de comunicación, para saber porque se dio la segunda explosión, treinta y cinco años después.
Los científicos recomiendan a las autoridades, tener un protocolo de seguridad para las personas, que visitan o viven cerca de ausoles y estar atenta a los fenómenos naturales. Cuando vean algo anormal, avisen a los cuerpos de seguridad para evitar tragedias, como lo sucedido en 1990 y 2025. Si visita estos lugares para aprovechar estos recursos naturales, hágalo con precaución.
