Por Alberto Barrera
Estados Unidos – Más de 45 personas murieron luego de una colosal lluvia que desató el remanente del huracán Ida en ciudades de la costa Este de Estados Unidos, mientras que varios incendios en el noroeste del país llevan semanas quemando bosques, destruyendo estructuras y la huida de decenas de miles de familias.
El agua azotó con fuerza y anegó residencias, calles y estaciones del metro, así como paralizó actividades y miles sufrieron suspensiones de energía eléctrica en los estados de Nueva York, Connecticut, Nueva Jersey y Pennsylvania, dijeron las autoridades sorprendidas por la intensidad del fenómeno luego de que el domingo Ida tocó tierra en Louisiana.
El diario The Washington Post dijo que “el huracán Ida descargó un diluvio histórico en la ciudad de Nueva York y sus alrededores el miércoles por la noche” y que cortes de electricidad afectaron a más de 200,000 personas.
El periódico advirtió sobre los peligros que representan los fenómenos ambientales y citó a funcionarios de Nueva York, quienes dijeron que “el impacto subraya la necesidad de medidas agresivas para apuntalar la infraestructura a medida que el cambio climático impulsa tormentas récord.”
El sitio dw.com dijo que el huracán “provocó una gran devastación en el sur de Estados Unidos y luego se convirtió en un ciclón postropical que azotó…varios estados del noreste del país”.
Noticias Telemundo reportó que “tornados también tocaron tierra este jueves en Maryland y en los suburbios de Philadelphia y Pennsylvania, causando destrozos, mientras que ríos crecidos por la lluvia inundaron pequeñas ciudades del estado“.
El presidente Joe Biden anunció en conferencia de prensa que ese tipo de tormentas extremas son el recordatorio de que la crisis climática es real y prometió ayuda los afectados “sobre terreno”.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias dispone de asistencia a los afectados tanto como sea posible, dijo Biden antes de viajar el viernes a Louisiana, en donde el huracán posó tierra esta semana.
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Video: Cortesía @CAL_FIRE. (Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California).
California en llamas
Los grandes incendios en Dixie, Tamarak y Caldor, y otros menores hasta una veintena en total en el norte de California desde los primeros días de julio han quemado más de 1.88 millones de acres y 2,700 estructuras destruidas, dijeron autoridades del Estado. Sin embargo no se reportan víctimas mortales.
Pero el incendio de Caldor es el que en los recientes días ha ocupado a miles de bomberos y de otras unidades de socorro público ya que según los reportes ha destruido más de 700 edificios, quemado más de 200 mil acres y la evacuación de unas 50 mil personas de la ciudad Lake Tahoe, entre los estados de California y Nevada.
Muchos de los bomberos patrullan la solitaria ciudad en prevención de probables incendios debido a brasas del incendio forestal generen nuevos siniestros, así lo reportó Independent.
Caldor es el quinceavo incendio más grande en la historia de California, que ha destruido o dañando al menos 772 estructuras, incluidas casi 550 casas y cerca de 35.000 estructuras siguen amenazadas, informó ABC News.
Otros 60 mil residentes en los condados de Amador, El Dorado, Alpine y Douglas en California están bajo órdenes de evacuación, que también se expandieron a Nevada el miércoles como resultado de las ráfagas de viento y las llamas que se mueven hacia el este, agregó el reporte de la cadena de televisión.
Pero las autoridades no descuidan el incendio Dixie que sigue ardiendo en el condado de Lassen, norte de California, desde que iniciara el 13 de julio. El reporte es la quema de casi 845 mil acres.
Cal Fire, la agencia estatal de extinción de incendios, dijo que más de 15 mil bomberos combaten el agresivo incendio forestal.
Para los primeros días de agosto el incendio Dixie había consumido casi 465,000 acres de bosques y consumió Greenville una ciudad histórica en la Sierra y famosa por su atractivo turístico e histórico, ya que fue una de las ciudades conocidas durante la fiebre del oro a finales del siglo XIX.
Los pavorosos incendios incrementados este año se deben a las condiciones secas por ausencia de lluvias y por las altas temperaturas, generando destrucción, evacuaciones masivas debido al peligro de ser presas de las llamas o el humo contaminante.
«Estamos viendo una actividad de incendios que incluso los bomberos veteranos no han visto en su carrera», dijo Edwin Zúñiga, portavoz de Cal Fire en la primera semana de agosto, según reportes de prensa.
Antes del incendio de Dixie se desató el 4 de julio el de Tamarack, en la frontera con Nevada, debido a un rayo que cayó en el desierto de Mokelumme, dijeron funcionarios lo cual causó que más de 2 mil personas fueran evacuadas por la amenaza de las llamas.
Los bosques del norte californiano siguen ardiendo pese al esfuerzo de miles de bomberos, socorristas, policías auxiliados de vehículos y helicópteros. Los incendios agravan la situación ambiental que acelera el cambio climático.