Por Dra. Margarita Mendoza/ Colaboradora Voz de la Diáspora
Aunque siempre se ha utilizado, cada vez escuchamos con más frecuencia el término «efecto placebo». Se trata de un fenómeno en el cual un paciente experimenta mejoras en sus síntomas después de recibir un tratamiento que carece de principios activos reales para abordar la condición médica. Las mejoras, en cambio, se pueden atribuir a la creencia del paciente en la eficacia del tratamiento más que a sus propiedades en sí mismas.
Es, por ejemplo, cuando un médico de confianza, da a alguien un fármaco inocuo -puede ser aspirinas o píldoras llenas de azúcar-, pues se detecta una gran acción emocional de la causa. Puede suceder con distonías neuro vegetativas , dolores de cabeza tipo migraña y en general en muchas sintomatologias
Definitivamente tomamos más medicamentos de los que necesitamos y sobre todo ha habido un auge de medicinas naturales y homeopatías que engloba la medicina biológica como sueros vitaminados, acupuntura y medicina homeopática. La mayoría de personas, sobre todo en países tercermundistas, se auto recetan y también que muchos médicos no realizan un diagnóstico preciso, sumado a que la medicina biológica ha sido sobrevalorada pues debe complementarse con un estilo de vida sana, cosa que la mayoría de los pacientes no hacen.

El efecto placebo es un fenómeno complejo que involucra tanto aspectos psicológicos como fisiológicos. Algunos de los mecanismos psicológicos incluyen la expectativa del paciente de mejorar, la relación entre el paciente y el profesional de la salud, y la influencia de las creencias culturales y sociales.
Por eso es importante la relación médico-paciente, pues si estos no creen en el profesional aún la mejor medicina no tendrá efecto. Recordemos épocas que se vendían brebajes en carretas que pasaban por los pueblos y como siempre había aliados entre el público que decían comprar el producto y se curaban ipso facto.
Eso ocurre hasta en las religiones donde los predicadores hacen caminar a los inválidos – que no lo son-, pero todos tienen la fe que ellos serán los próximos. Rasputín tenía este efecto en la familia real rusa, sobre todo el zarevich que era hemofílico y a quien lograba controlar sus ataques.
El aspecto psicológico juega un rol clave. El efecto placebo no implica que los síntomas de una persona sean puramente imaginarios. De hecho, muchas veces los síntomas son reales, pero la mejora se produce debido a factores psicológicos y neurobiológicos asociados con la creencia en el tratamiento.

La otra cara es el efecto nocebo, que es diametralmente opuesto al efecto placebo. Se refiere a la manifestación de síntomas negativos o empeoramiento de una condición de salud debido a la expectativa negativa del paciente en relación con un tratamiento, incluso cuando éste carece de propiedades farmacológicas que justifiquen esos síntomas.
La relación entre el efecto nocebo y el efecto placebo destaca la importancia de la comunicación efectiva entre los profesionales de la salud y los pacientes, algo fundamental en casi todos los rubros, pero mucho más si es la salud lo que está en juego.