Por Dra. Margarita Mendoza / colaboradora
La era digital trajo numerosas oportunidades de entretenimiento y conexión, pero también ha generado nuevos riesgos, especialmente para sectores vulnerables de la población, como los adultos mayores. Aunque el acceso a la tecnología permite a los adultos mayores participar en actividades que promueven la interacción social y el bienestar cognitivo, como los juegos en línea, también presentan una serie de riesgos que no deben ser subestimados.
Esto, que ya era un problema para jóvenes y adultos, ahora también lo es para los adultos mayores. Uno de los riesgos más graves para los adultos mayores en los juegos en línea es la vulnerabilidad financiera. Muchos juegos incluyen microtransacciones, donde los jugadores compran bienes virtuales, vidas adicionales o mejoras en el juego.
En algunos casos, estos pagos pueden ser difíciles de controlar, y las personas mayores, que pueden no estar completamente familiarizadas con las estructuras de pago en línea, son susceptibles a gastar más dinero del que pretendían. En España, por ejemplo, un 83,7% de los pacientes mayores son jugadores de máquinas tragaperras, un 44,2% juega al bingo y un 17,1% a juegos de casinos.
Estos entornos virtuales pueden ser aprovechados por personas malintencionadas que buscan explotar la vulnerabilidad emocional de los adultos mayores. Existen casos en los que jugadores maliciosos, bajo la apariencia de amistades o relaciones, buscan obtener beneficios emocionales o financieros.
Además, en el caso de ellos es difícil de controlar, pues al disponer de su propio dinero y en muchos casos vivir solos, no hay quien se dé cuenta. Eso, que al principio puede parecer un buen entretenimiento, puede convertirse en una adicción. Y una adicción que cuesta dinero. De hecho, muchas plataformas como Facebook tienen ingresos millonarios a través de sus juegos en línea.
Muchos de los riesgos son similares a los que se someten los jóvenes, pero en el caso de ellos suelen tener más supervisión de los padres y no son financieramente independientes, por lo que es fácil detectar esa adicción y frenarla a tiempo.
Es que muchos juegos en línea están diseñados para ser altamente adictivos, utilizando mecanismos de recompensa que impulsan al jugador a continuar jugando durante horas. La combinación de tiempo libre, soledad y la estimulación constante que ofrecen estos juegos puede convertirlos en una trampa para algunos adultos mayores, quienes pierden el control sobre el tiempo que dedican al juego.