Por José Eduardo Cubías Colorado
Esta es hora que el ciudadano salvadoreño no tiene definido un color partidario, se encuentran en fuego cruzado entre los bandos rivales, sin saber qué línea seguir.
En esta campaña electoral los oponentes empiezan a verse como adversarios y no como candidatos, el fuego arrecia con mensajes, imágenes llenas de falacias que tienen el propósito de ser un recurso y un instrumento proselitista para ganar votos en las próximas elecciones para alcaldes y diputados.
En este ir y venir de campañas políticas, el ciudadano se ve bombardeado con discursos amañados, subterfugios legislativos y acusaciones ante la Fiscalía General de la República.
Así también no pueden faltar las protestas callejeras con consignas partidarias, encuestas de opinión maquilladas, noticias tendenciosas, esperanzas fallidas, y muchas argucias más propagadas con bombo y platillo para dañar a unos y ensalzar a otros, según lo permite la propaganda electorera proselitista, que no esperaron el banderillazo de salida.