Por Eduardo Cubías
El Salvador – Está plasmado en la pintura en semillas, madera, lienzos y murales, son motivos de la campiña cuscatleca y de las actividades cotidianas del campesino que guarda vínculos con nuestra identidad como salvadoreños.
Estilo palmeño porque proviene de los talleres de los artesanos de La Palma, Chalatenango, con los que trabajó Fernando Llort, imprimiéndole su propio sello pictórico, su obra fue basta como legado cultural de un pueblo y sus creencias religiosas en «La Semilla de Dios».
Desde que Fernando Llort vivió y trabajó en el municipio de La Palma, esta población del norte de Chalatenango, no sólo fue apreciada por su clima, por ser eco-amigable; también fue reconocida por la peculiar obra de Fernando, de quien tuve la dicha de su amistad.
Historia Patria
El mural de Fernando Llort, en la parte frontal de la catedral Metropolitana termina hecha añicos, no por un terremoto; sino por la mano de un hombre, no podemos olvidar este atentado de «lesa cultura» contra las Artes Plásticas.
Se trata del mural en mosaicos «Armonía de mi Pueblo» que Fernando Llort plasmó en el frente de la catedral de San Salvador con su peculiar estilo palmeño, un mural que le dio atractivo visual al templo.
La destrucción del mural fue criticada severamente por la comunidad de artistas salvadoreños y la feligresía católica que responsabilizó al Arzobispado.
En memoria de Fernando Llort
El comentario viene a propósito porque un día como hoy 12 de agosto, hace cinco años falleciera Fernando Llort.
Célebre por sus pinturas y murales de estilo palmeño, de su creación, deja todo un legado artístico en los talleres artesanales «La Semilla de Dios», que le dieron vida a La Palma, en el departamento de Chalatenango.
Su obra pictórica se encuentra esparcida por el mundo, Fernando Llort es el artista salvadoreño más universal, gracias a él, El Salvador fue reconocido en el mundo de las Artes Plásticas. Fernando Llort fue laureado el 2013 con el Premio Nacional de Cultura.
