Por Dennis Aguillón
Lo que parecía un juego intrascendente en la previa, se convirtió en un duelo súper picante, Argentina y Chile que disputaron el partido por el tercer puesto de la Copa América.
El encuentro que nadie quería jugar, se convirtió en una final sobre el moderno estadio de Corinthians. El recuerdo de las dos últimas finales pareció salir a relucir sobre el césped, para subir la temperatura.
El juego brusco comenzó con un par de entradas fuertes de Gary Medel sobre Messi, luego Leandro Paredes sobre Arturo Vidal, este último le dio un manotazo en la cara a Paulo Dybala.
Argentina ya ganaba 2 a 0 luego de un descuido de la defensa de Chile, que Messi supo aprovechar para mandarle un pase a profundidad a Agüero, que no dudo en tomarlo y así ponerse en ventaja en el marcador. El segundo gol fue obra de Paulo Dybala, a gran pase de Giovani Lo Celso para definir ante la salida del portero chileno. Los argentinos jugaban bien, eran muy superiores a su rival y buscaban marcar el tercer gol.
La polémica surgió cuando Dybala metió un balón entre líneas para que Messi corriera, tratando de disputarlo frente a Medel. El balón se fue del terreno de juego, el 10 estiró su pierna y tocó al chileno, que enfureció y enseguida con tres pechazos y un intento de cabezazo, todos se metieron en la “trifulca” hasta que llegó el árbitro central y sin pensarlo tanto mostró la tarjeta roja a Messi y a Medel. El Var no revirtió la roja mostrada y los echó a ambos.
Messi no lo podía creer y empezó a salir del terreno de juego, la gente no quería que le quitaran la oportunidad de seguir viendo al mejor del mundo.
La polémica siguió, ahora sí el Var comunicó al juez central una falta dentro del área sobre un jugador chileno y marcó penal. Arturo Vidal se paró frente al balón y pudo vencer al portero argentino para poner el marcador 2 a 1.
El encuentro finalizó con este resultado, y fue así como Argentina se quedó con el tercer lugar.