Maria T. Morales
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos anunció una operación que dejó como resultado la incautación de 63,7 bitcoins valorados en aproximadamente 2,3 millones de dólares, presuntamente producto de extorsión a una compañía de gasoducto víctima de un ciberataque ocurrido el mes pasado.
Estos fondos, supuestamente representan las ganancias de un pago de rescate realizado el pasado 8 de mayo a personas de un grupo conocido como Dark Side, por la compañía Colonial Pipeline, la cual fue víctima de un ataque de ransomware a su red de informática.
Tras el ataque, la compañía dejó de operar en parte de su estructura, por lo que informó al Buró Federal de Investigaciones (FBI) sobre el ataque y la exigencia del pago de por lo menos 75 bitcoins a cambio de liberar la información.
Los cibercriminales, inmediatamente fueron objeto de rastreo de sus transferencias de bitcoins, y las autoridades pudieron determinar que por lo menos 63.7 bitcoins, que representaban el pago de rescate de la víctima, se habían transferido a una cuenta específica.
Según el informe oficial, “el FBI tiene la clave privada o el equivalente aproximado de una contraseña necesaria para acceder a los activos desde la dirección específica de Bitcoin”
Lisa O. Mónaco, Fiscal General Adjunta, declaró que “seguir el dinero sigue siendo una de las herramientas más básicas y poderosas que tenemos”, así lo detalló.
Para la funcionaria, los pagos de rescates son el combustible que impulsa el motor de extorsión digital, por lo que la notificación temprana a las autoridades es esencial para el combate de los cibercriminales.