12 septiembre, 2024
Cátedra de Comunicación Institucional. Foto: Cortesía.

Por José Eduardo Cubías Colorado

 Con el afán por cumplir con el lema “o Publicas o Pereces”,  publicaré a manera de cápsulas,  sobre experiencias en el desempeño de la Función de Prensa.  En el contexto de la Comunicación Institucional, estos fundamentos relegan viejos paradigmas de las Relaciones Públicas.

1º. Los comunicadores institucionales no están para inflar globos, partir “cakes”, ni adornar la oficina, o cantarle “Las Mañanitas“ al jefe; mucho menos para acarrear los “tiliches”. Los periodistas que laboran en este campo, en las instituciones públicas o privadas, están para desempeñar las funciones de Prensa, como profesionales de la Comunicación. Las actividades protocolarias en fiestas y eventos no son de su competencia.

2º. La Comunicación Institucional requiere formación profesional académica, en las áreas de Prensa, Publicidad y Propaganda, por lo tanto, los  empíricos, los pseudo profesionales, y los “chapuceros” del Periodismo no tienen oportunidades de ejercer la Comunicación Institucional, porque no son calificados profesionalmente.

3º. Las Relaciones Públicas están desfasadas en cuanto a la proyección de una buena imagen institucional ante la Opinión Pública. La realización de actividades protocolarias de carácter festivo y social, sólo proyectan una buena imagen ante  los públicos internos de la Institución, generan buenas relaciones interpersonales, para lograr un buen clima organizacional de trabajo.

4º. La Comunicación Institucional requiere relaciones de mutua cooperación con los medios de comunicación y con los periodistas que cubren la institución, como fuente informativa, y esto se logra con la eficiente labor de la Función de Prensa.

5º. Las relaciones de mutua cooperación institución, medios de comunicación, el envío de información de interés público, no sólo de interés para la institución o empresa, a cambio de “espacio gratuito noticioso”, que genera más credibilidad y confianza que la Publicidad y la Propaganda; por ende, mayor aceptación entre los públicos externos.

Fin de la primera entrega.