Por José Eduardo Cubías Colorado
Las encuestas de opinión patrocinadas por medios de comunicación y universidades revelan que la inseguridad y el desempleo son las causas predominantes de la migración de los salvadoreños hacia los Estados Unidos, Esta situación está relacionada con el alarmante incremento de los asesinatos cometidos por miembros de pandillas a indefensos ciudadanos; asimismo con la falta de oportunidades para obtener un empleo digno.
Esta vez, familias enteras dejan sus hogares y huyen para salvaguardar sus vidas, ante las amenazas de perder la vida sino pagan la renta, como extorsión, además el pago por entrar y salir de territorios controlados por pandillas. Los asesinatos se incrementan, también los desaparecidos. Las estadísticas de la Policía Nacional Civil son preocupantes. La curva no se aplana, por el contrario va en aumento. Las pandillas le han declarado la guerra a la Policía y hay enfrentamientos que dejan muertos y heridos por ambos bandos. Este es un clima de violencia que la población percibe a diario.
Por su parte, los salvadoreños residentes en los Estados Unidos temen por su familia, y no escatiman gastos para traerlos a este país, de cualquier forma, y gestionar su legalidad. Generalmente van como «mojados», sufriendo penalidades y extorsiones a su paso por territorio mexicano. Hay mucho riesgo y mucha plata en este trayecto.
Hay corrupción a nivel judicial y de la Fiscalía. Los pandilleros capturados van a juicio por asociaciones ilícitas, extorsiones, homicidios agravados, y son absueltos por falta de pruebas, en un clima de impunidad y amenazas de las pandillas que cada vez burla a la autoridad.
Hay una guerra entre pandillas, y cada una delimita su territorio. El «ajuste de cuentas» continúa como forma punitiva entre la 18 y la MS. Este clima trasciende a nivel internacional, y El Salvador es considerado como uno de los países más violentos de América Latina.. Mientras tanto en USA se gesta un movimiento contra las medidas estatales tendientes a penalizar a los ilegales,, indocumentados que vive en ese país, al tiempo que les advierten que tienen que legalizar su situación, si quieren acogerse al TPS.
Esta situación se mantiene hasta la llegada de Donald Trump a la Presidencia, con el voto blanco de los republicanos. Es con este nuevo Gobierno, cuando hay un cambio de política con los migrantes, en el sentido de no ser tolerantes con los indocumentados y evitar el ingreso de ilegales a los Estados Unidos, Trump mandó a construir una barda a lo largo de la frontera sur con México y detener las caravanas de migrantes. La pandemia ha detenido temporalmente las marchas de centroamericanos hacia la frontera, pero este es un suceso todavía en desarrollo, que da lugar a otra historia. Terminamos aquí este capítulo de la «Historiografía de la Migración de los Salvadoreños».
