
Por Alberto Barrera
Pasión, algarabía, luces y violencia generó el fútbol el fin de semana pasado en las finales de la Copa América y la Eurocopa; luego el inicio de Copa Oro que reúne a equipos de 16 países de la región norte, centroamericana y el Caribe –conocida como Concacaf- en escenarios de 11 ciudades de Estados Unidos.
La primera estocada futbolera fue el sábado 10 de julio con la victoria de Argentina 1-0 ante Brasil que no pudo imponer su condición de local y revivió el recuerdo del “Maracanazo” de hace 71 años cuando su equipo perdió en la final del mundial ante Uruguay.

Las sonrisas argentinas en el rostro de Messi y las caras largas brasileñas reflejadas en la de Neymar fueron el contraste de la victoria y la derrota. “Necesitaba sacarme la espina de poder conseguir algo con la selección”, dijo entusiasmado el capitán y estrella argentina, luego de cuatro finales perdidas, algunas eliminaciones y hasta una renuncia al equipo nacional.
Los argentinos y fanáticos de Messi celebraron a lo grande en todo el mundo, desde Bangladesh a Senegal y desde Barcelona a la Patagonia. “Es una locura, es inexplicable la felicidad que siento”, dijo luego de que hace 28 años Argentina no ganaba esa copa y es el primer triunfo del capitán argentino en su fulgurante carrera con el club catalán en el que ha obtenido muchos premios internacionales.
Y todos olvidaron que a pocos minutos del final del encuentro Messi solo ante el arquero Ederson perdió el duelo. Era la oportunidad de sellar la victoria y no sufrir minutos extras.
Miles salieron a la calles la mañana del domingo para recibir al flamante campeón, olvidando las restricciones por la pandemia COVID-19.
Y el domingo en otro clásico europeo la selección de Inglaterra perdió como local ante Italia. Ambos igualaron 1-1 en 120 minutos con goles de dos defensas: el lateral inglés Luke Shaw y el central italiano Leonardo Bonucci, luego definieron por tiros de penaltis. Fue 3-2 en favor de la azzurri.

“Hicimos un grandísimo partido y ahora somos leyenda”, dijo Bonucci al concluir el partido en el estadio de Wembley en Londres, mientras afuera furiosos fanáticos ingleses agobiados por la derrota agredían con insultos, puñetazos y patadas a italianos que se colaron en medio de los 60 mil que presenciaron la final.
Pero los incidentes violentos queocurrieron desde antes de iniciarse el partido, cuando muchos aficionados pretendían colarse al estadio y se enfrentaron a la seguridad. El enviado del diario El País de España, Rafa de Miguel, dijo que muchos aficionados arruinaron la buena imagen de la selección de Gareth Southgate.
“Centenares de hooligans se enfrentaron violentamente con la policía en una de las entradas del estadio de Wembley. Lograron saltar las vallas de seguridad hasta que acabaron en el suelo, en una melé desordenada”, escribió el reportero español. La policía reportó al menos 45 detenidos en la jornada del domingo, antes y después del partido.
Desde 1966 cuando los ingleses lograron ganar la Copa del Mundo no han tenido triunfos importantes. Italia tampoco ganaba la Eurocopa desde hace 53 años, la alegría cundió en su país y seguidores en todo el mundo.
“El destino jugó con los aficionados ingleses, y arruinó el sueño de una Gran Bretaña Global victoriosa acariciado por Boris Johnson” quien no es seguidor del popular deporte, “pero no dudó en aprovechar la buena racha de la selección para vestirse con la camiseta e inundar las redes sociales con mensajes oportunistas de ánimo”, agregó de Miguel.
La acción refleja el oportunismo de políticos y gobernantes populistas que no dudan en usar los triunfos deportivos como si fueran propios.
Copa Oro
El mismo sábado por la noche arrancó el torneo Copa Oro de la Concacaf con 16 selecciones. Aunque el inicio se había programado para la tarde pero se atrasó por el llamado de última hora a Guatemala que sustituyó a la selección de Curazao por un brote de COVID-19 entre sus integrantes.
Y fue la poderosa selección mexicana que enfrentó esa noche al duro equipo caribeño Trinidad y Tobago con el que apenas empató 0-0 y recibió muchas críticas por lo errático del equipo, que junto a Estados Unidos dominan la región.
México enfrenta una probable sanción por el grito discriminatorio de los miles de aficionados que abarrotaron el estadio de Arlington, Texas, además uno de sus atacantes Hirving “Chucky” Lozano salió lesionado al chocar con el fuerte arquero trinitario Marvin Phillip y se perderá el torneo.
El domingo se realizaron tres juegos: Canadá derrotó 4-1 a la débil Martinica, pese al entusiasmo caribeño; Estados Unidos venció apuradamente 1-0 a una batalladora Haití. Ambos juegos en el Children’s Mercy Park de Kansas City; y El Salvador venció a Guatemala en Dallas, Texas, con dos goles de sus atacantes Alex Roldán y Joaquín Rivas.

La victoria animó a los dirigidos por Hugo Pérez que el lunes amanecieron en el primer lugar del grupo A por sus tres puntos a merced de su victoria ante los “chapines”, arriba de México, Trinidad y Tobago con uno y Guatemala con cero puntos.
El Salvador enfrentará el miércoles a Trinidad y Tobago en el Toyota Stadium, el mismo día jugará Guatemala ante México en el Cotton Bowl Stadium.