Redacción Voz de la Diáspora
La Conferencia Episcopal de El Salvador, de la iglesia católica, reiteró su posición de estar totalmente en contra de una eventual derogatoria de la Ley que prohíbe la explotación de la minería metálica en el país, en la que el actual gobierno del presidente Nayib Bukele, busca revertirla.
En un comunicado de prensa, firmado por todos los arzobispos de las diócesis de El Salvador, reiteran su oposición por considerar que es perjudicial para el bienestar de la población.
“Los estudios y evaluaciones ambientales practicados en nuestro país han demostrado lo siguiente:
1. El Salvador es el segundo país con mayor deterioro ambiental en todo el continente americano por lo que la minería tendría un impacto de gravísimas consecuencias sobre los pocos recursos hídricos de nuestro país y por consecuencia en la salud, en la vida de los salvadoreños y en la biodiversidad.
2. La práctica de cualquier tipo de minería sería en nuestro país gravemente dañina y de consecuencias irreversibles contra la salud y la vida de la población. Además tendría un gravísimo impacto destructivo en el medio ambiente, la fauna y la flora.
3. La extracción de los metales preciosos, se realiza utilizando grandes cantidades de agua en la que se diluyen grandes porciones de cianuro, arsénico, mercurio y ácido sulfúrico, todos ellos son necesarios para disolver la roca y separar de ella el oro; esos químicos son sumamente tóxicos y letales. Después del proceso de extracción queda la gran cantidad de agua convertida en veneno letal. Veneno que perdura por siglos y conserva su letalidad. Se procura retener esa agua venenosa en grandes pilas, pero por uno u otro motivo termina derramándose y contaminando de la peor manera.
4. La franja territorial que supuestamente contiene el oro, está ubicada al norte de nuestro país, de realizarse la explotación minera, por gravedad poco a poco contaminaría los mantos acuíferos, incluyendo el río Lempa.
En un país tan pequeño y poblado como el nuestro, el efecto negativo se multiplicaría (Mensaje de la CEDES Cuidemos la casa de todos, 3 de mayo de 2007).
Por todo lo anterior y con el mejor deseo para todos, expresamos nuestro no rotundo, a la explotación minera en el país.
Estamos a favor del desarrollo económico, sin embargo la más grande riqueza de un pueblo es la vida de las personas y su salud; eso vale más que todo el oro del mundo.
Debemos buscar caminos de desarrollo económico que beneficien a todos, principalmente a los más pobres.
Que por intercesión de nuestra Señora de Guadalupe y nuestros mártires, Dios proteja y bendiga a todos los salvadoreños.”
Expresa el comunicado de la jerarquía católica salvadoreña.