
Por María T. Morales
El domingo 7 de febrero no es cualquier fecha en los Estados Unidos. Es la final del Super Bowl LV en el Estadio Raymond James, en la ciudad de Tampa, Florida, y por primera vez la celebración se realizará en medio de una pandemia.
El partido de la final del campeonato será entre los Tampa Bay Buccaneers y los Kansas City Chiefs. Este año, asistir al juego requerirá, más que pasión por su equipo, paciencia ya que debido a la pandemia, los requerimientos para el ingreso contarán con medidas de sanidad y bioseguridad con el fin de evitar contagios por Coronavirus.
En principio, el estadio Raymond James, solo permitirá 30 mil espectadores en persona, lo que significa el 30% de su capacidad total, informó la Liga Nacional de Futbol (NFL por sus siglas en ingles).
Asimismo, la fanaticada de ambos equipos deberá responder un cuestionario sobre evaluación de salud, usar mascarilla y desinfectante de manos en la entrada del estadio.
De igual forma, se instalarán marcados de distanciamiento físico tanto afuera como adentro de las instalaciones deportivas.
También los organizadores han preparado un área de aislamiento, así como equipo médico, que estarán disponibles en caso de que sea requerido por fanáticos, que presente síntomas de alguna enfermedad, después de ingresar al estadio o durante el partido. Aunque también hicieron el llamado para quedarse en casa a todo aquel fan quien se sienta enfermo.
La NFL informó también que las primeras filas cercanas al campo serán cerradas para crear distancia entre jugadores y aficionados.
Además, los asientos serán bloqueados con el fin de promover y apoyar el distanciamiento físico en todo momento, para evitar el contacto sobre todo, en momentos de euforia.
“Si bien las cosas se verán un poco diferente este año, estamos comprometidos a brindar la mejor experiencia para los fanáticos, de la manera mas segura y posible” detallo la NFL a través de su página oficial.