Por Dennis Aguillón
Como ya es costumbre, cada año en Bruñol, Valencia, se realiza «La tomatina». Una fiesta valenciana que acapara la atención de nacionales y extranjeros por su inigualable particularidad.
Pues para esta edición se han utilizado aproximadamente 150 mil kilos de tomates repartidos en siete camiones para teñir las calles de rojo.
La alcaldesa de la localidad ha expuesto que para este año, han tenido un incremento de visitantes del Este de Europa, especialmente de Rusia, a esto se le suman ciudadanos australianos.
También destacó el volumen de turistas locales, aunque la comunidad inglesa ha disminuido su participación.
«Queremos que la gente de afuera disfrute, pero especialmente los buñoleros, esta fiesta es para ellos y por ellos», afirmó.
La municipalidad se mostró contenta por la venta de entradas, aseverando que se vendieron «todas» y en esta oportunidad se tuvo la presencia de cerca de 22 mil personas.
Los participantes han reconocido que es una verdadera fiesta de tomates, es una adrenalina y sensación inexplicable, al principio se siente un poco de fatiga por la multitud de personas, pero al mismo tiempo es fraterno.
Por otra parte, la seguridad fue vital para el pleno desarrollo de este evento, donde la policía local, Protección Civil, voluntarios y seguridad privada trabajaron en conjunto y 300 personas resguardaron a los asistentes.
A esto se le suman 150 personas encargadas de la limpieza, posterior a la finalización de la fiesta.