Redacción Voz de la Diáspora
Dennis Perry nació en Georgia, Estados Unidos, y a sus 59 años volvió a disfrutar de su libertad tras pasar dos décadas en prisión, fue condenado por un doble asesinato y esta semana fue exonerado tras una prueba genética encontrada en la escena del crimen y que fue estudiada con las nuevas tecnologías de investigación.
El crimen por el que fue enjuiciado ocurrió en marzo de 1985, al interior de una iglesia bautista del condado de Camden, donde las autoridades acudieron luego que se les alertara que un hombre blanco ingresó por la fuerza y disparó contra Thelma y Harold Swain, un matrimonio afroamericano.
Perry fue encontrado culpable del asesinato, pero una evidencia de material genético le permitió librarse de la cadena perpetua.
Aunque el asesinato fue en 1985, hasta el año 2000 las autoridades detuvieron a Dennis Perry que era vecino de la pareja y fue considerado sospechoso en 1988 por una denuncia anónima que en ese entonces descartaron los investigadores.
En 2003, la madre de una exnovia de Perry testificó asegurando que antes del crimen, el hombre le confesó su intensión de asesinar a Swain, porque le había negado ayuda con un préstamo. Perry fue encontrado culpable y enfrentó la posibilidad de la pena de muerte, sin embargo, para evitarlo renunció a apelar y se comprometió a cumplir cadena perpetua a cambio de aceptar los cargos.
En 2019 la investigación dio un nuevo giro, cuando se descubrió que el material genético encontrado correspondía a Erik Saprre, otro sospechoso que fue descartado pese a no tener una coartada válida.
El año pasado, un juez revisó nuevamente la evidencia y aprobó el nuevo juicio para Perry, quien abandonó la prisión esta semana, cuando la fiscalía levantó todos los cargos en su contra.