Redacción Voz de la Diáspora
El Salvador – Al menos desde el año 2019, vecinos de la Comunidad Cecilio del Valle en la Colonia Escalón de San Salvador, han estado denunciando el ruido excesivo que la iglesia evangélica Jardín del Edén produce durante sus servicios religiosos.
Pese a diversas advertencias legales a lo largo de estos años, la iglesia ha seguido incumpliendo las disposiciones de las autoridades y siguen generando malestar entre los vecinos debido al ruido excesivo que generan, llegando incluso a los 114.0 decibeles, cuando lo permitido son 55.0 decibeles durante el día y 45.0 decibeles durante la noche.
El nivel de ruido recomendado por la Organización Mundial de la Salud, para garantizar una buena salud y bienestar es de 65 dB. Si la exposición es superior a 85 dB, ya hay riesgo de pérdida auditiva crónica o problemas de salud mental.
Según un informe del 20 de mayo de 2019, procedente de la Municipalidad de San Salvador, se realizó una inspección por parte de personal del Cuerpo de Agentes Metropolitanos del Distrito III, en la que hicieron una medición sonométrica en dicha iglesia, obteniendo como resultado que el ruido que emite la iglesia en cuestión sobrepasa los niveles máximos permitidos, según el artículo 6 de la Ordenanza Reguladora de la Contaminación Ambiental por la Emisión de Ruidos de San Salvador.
Como resultado de dicha inspección, se emplazó al presidente de la Iglesia Profética Jardines del Edén, Marcos Antonio Flores, a cunplir con las medidas municipales regidas en la Ordenanza Reguladora de la Contaminación Ambiental de San Salvador, sin embargo, estas medidas siguen sin cumplirse por parte de la iglesia en mención.
De igual manera, el Juzgado Ambiental de San Salvador, también en 2019 emitió un nota de «Prevención» contra el señor Flores. En dicho expediente presentado a la Fiscalía General de la República en cumplimiento a lo ordenado por el inciso 3º del artículo 102-C de la Ley del Medio Ambiente, se le exigía que cumpliera con las medidas impuestas de manera obligatoria o sería procesado por la comisión del delito de Desobediencia de Particulares con pena de prisión de uno a tres años.
Aún con todos estos procedimientos legales que han emprendido los vecinos afectados por los ruidos, la iglesia sigue sin cumplirlos y las autoridades tampoco han ejecutado ninguna acción para cesar con dicho problema, pese a la desesperación del resto de la comunidad.
Ante la falta de resolución del problema por parte de las autoridades, y como medida de presión, los vecinos afectados denunciaron en el año 2023 ante la Fiscalía General de la República por «Incumplimiento de deberes» al alcalde capitalino, Mario Durán, al Director del Tribunal de Ética Gubernamental Néstor Castaneda Soto y al Director del CAM, Francisco López Escobar. Sin embargo, a fecha de hoy ni la Fiscalía ni ninguna otra autoridad competente se ha pronunciado al respecto y la denuncia registrada como Caso 301-UDAJ-2023-SS, no ha prosperado.
Ante tal indefensión, los vecinos afectados siguen gestionando por diversos medios la resolución de dicho problema que les viene afectando desde hace muchos años, sin recibir una respuesta firme por parte de las autoridades.