
Por Rosy Figueroa
Como ya es tradición cada agosto, la diáspora salvadoreña en el norte de Italia mantiene viva la tradición de celebrar la transfiguración del Divino Salvador del Mundo. Fiesta de carácter popular y religiosa que simboliza la transfiguración de Jesucristo en el monte Tabor, como lo explica el Evangelio de San Mateo, capítulo 17, versículos del 1 al 6.
Desde el 2001, la comunidad de salvadoreños «Monseñor Romero», sintió la necesidad de tener algo más representativo e icónico de El Salvador. Fue así como nació la idea de traer una imagen del Divino Salvador del Mundo, elaborada por un escultor de la zona occidental del país (Ataco), que tiene la peculiaridad de usar técnicas muy particulares, estilo propio del escultor salvadoreño.
Como nos relatan miembros de la junta directiva de ese periodo, no fue fácil realizar ese sueño de tener la imagen en Milán, ya que con mucho esfuerzo recaudaron fondos para los pagos de la elaboración de la obra de arte, así como también para el transporte que la llevaría a Europa.
Este proceso pasó por obstáculos, debido a que la imagen fue detenida en Aduanas de Italia por sospecha de transportación de drogas. Es ahí, cuando en 2003 intervienen las autoridades consulares, a cargo de Ricardo Cisneros, cónsul general de El Salvador. Con su gestión diplomática lograron que la imagen ingresara a tierras italianas, bajo la custodia de ellos.
El excónsul Cisneros, en una entrevista exclusiva para la Voz de la Diáspora, recuerda con gran entusiasmo el fervor de la comunidad y la alegría con la que fue recibida la imagen del Divino Salvador del Mundo. Es así como desde 2003, los salvadoreños en Milán poseen la imagen en la iglesia del Centro Schuster, casa de los salvadoreños en el norte de Italia.
