Redacción Voz de la Diáspora
El destacado fotoperiodista salvadoreño Yuri Cortez, celebra tres décadas de hacer lo que más le apasiona en su vida profesional “Fotoperiodismo”, actualmente es jefe de fotografía en la agencia AFP de Venezuela y miembro activo de la Agencia Internacional de Noticias Voz de la Diáspora.
Cortez ha participado en exposiciones internacionales con trabajos fotográficos, siendo acreedor de varios premios, el más reciente el segundo lugar en la categoría «Noticias Únicas» por su fotografía de una celda abarrotada en la prisión de Quezaltepeque, El Salvador, premio en los Istanbul Photo Awards 2021.
Istanbul Photo Awards es un concurso internacional de fotografía de noticias que lo organiza la Agencia Anadolu, los premios recompensan los esfuerzos y méritos de fotoperiodistas valientes y talentosos de todo el mundo.
Yuri a temprana edad se enamoró de la fotografía cuando inició su carrera de periodismo, especialmente desde la guerra civil en el Salvador, luego ha viajado a diferentes países del mundo para cubrir noticias como: golpes de estado, desastres naturales, crisis humanitarias, pandemias, violencia social y deportes, especialmente en sus últimas décadas de su carrera.
En 1992, cuando se firmaron los acuerdos de Paz en El Salvador, para finalizar la guerra de El Salvador, Yuri después de cubrir parte del conflicto se traslada a Perú a cubrir el golpe de Estado del presidente Alberto Fujimori.
A través de sus fotografías envía el mensaje a la audiencia sobre la violencia agigantada que vivía ese país, así como la explosión de artefactos que sufrieron los residentes peruanos.
A través del tiempo Cortez adquiere una amplia experiencia al cubrir los conflictos bélicos en Jerusalén, Irak y Afganistán, así lo explica: «wow, es otro nivel de guerra, recuerdo cuando por primera vez ví a periodistas con cascos de acero, chalecos antibalas, vehículos blindados, tanquetas, y las altas temperaturas», así detalló parte de sus coberturas periodísticas.
Es así como ha vivido diferentes escenarios, Yuri por amor a su profesión ha sacrificado su vida, su familia, sus amigos, todo el tiempo está acompañado de su cámara bajo el brazo, pendiente de lo que sucede alrededor del mundo, para hacer la mejor toma visual y llevarla hasta la exposición de una fotografía.