Redacción Voz de la Diáspora
México – Los restos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora asesinados hace una semana junto a un guía turístico local, fueron sepultados este lunes en sierra Tarahumara, Chihuahua, en el noroeste de México, previo a un recorrido de casi 400 kilómetros llenos de dolor, pero endulzados con incienso, música y danzas de los indígenas rarámuris, a quienes dedicaron su vida.
Los restos de los sacerdotes de 79 y 80 años reposarán en las montañas donde trabajaron durante décadas en Cerocahui. En el último adiós a los religiosos, que comenzó el sábado con una misa en la ciudad de Chihuahua y culminó en Cerocahui.
Desde ahí los féretros iniciaron la subida a la sierra, con paradas en varias localidades, por unas montañas de carreteras sinuosas, muchas todavía sin asfaltar, de gran pobreza y marginación y donde la violencia del crimen organizado, no ha hecho más que crecer en los últimos años, según denuncias de la población.
Mientras tanto, las autoridades buscan al presunto asesino, identificado por un sacerdote sobreviviente como un conocido líder criminal local que andaba a sus anchas por la zona aunque tenía una orden de aprehensión desde 2018 por el asesinato de un turista estadounidense.