Por María T. Morales
Las alertas y recomendaciones parecen no ser escuchadas por la población, a pesar de que las cifras de contagios y muertes por la COVID-19 están disparadas y sin control.
“Hazte la prueba del COVID, enmascárate, guarda distanciamiento social, quédate en casa…”. Este anuncio pagado por la alcaldía de la ciudad de Houston, Texas, comenzó a difundirse días antes de Acción de Gracias, debido al alza de contagios a escala nacional.
Con el paso de los días, el temor de los expertos en salud y prevención se volvió realidad, ya que los contagios se dispararon, aun más, después de la celebración, aseguran autoridades hospitalarias.
Y, aunque la primera dosis de la vacuna anti virus COVID-19 ya se aplicó a un millón, de personas desde hace 10 días que comenzó la campaña, las autoridades de salud insisten en que es demasiado pronto para bajar la guardia.
A pesar de que la vacuna ya es una realidad, las autoridades han dicho que “actualmente hay un suministro limitado”.
Autoridades de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) por sus siglas en inglés han hecho llamados a quedarse en casa, no reunirse con más de diez personas, usar mascarillas y lavarse las manos.
Pero, de repetirse la misma historia de Acción de Gracias, con reuniones masivas, viajes y fiestas durante el fin de año, es posible que hospitales y centros de salud no den abasto, mucho menos médicos y enfermeras, alertaron autoridades de salud.
Actualmente las cifras muestran 18 millones 170 mil 062 de contagios mientras que las muertes llegaron a 321 mil 734, a casi un año desde que se registró el primer caso en la ciudad de Wuhan, China.