Artista con discapacidad expulsa del Consulado de Long Island recibe ayuda

Foto, Facebook Fundación Caricatura

La Fundación Caricatura, organizó el fin de semana una rifa para apoyar a al artista Andrea Aragón, que hace unos días denunció haber sido expulsada del Consulado de El Salvador en Long Island. 

Según un video publicado en las redes sociales de la Fundación y de la artista salvadoreña, esta no es la primera actividad que se realiza para apoyar a Andrea. De acuerdo a lo publicado en los videos, la entidad organizó una rifa para recaudar fondos para apoyar a Aragón.

Además, dos días antes, la Fundación publicó en su cuenta de Facebook, una fotografía de la reunión en la que participaron, el cónsul Henry Salgado, la artista y representantes de la Fundación, con objetivo de encontrar una alternativa al caso de Andrea. 

Mientras tanto, Aragón se retractó de los señalamientos que hizo a Voz de la Diáspora. En una llamada telefónica, asegurando que no quería dar declaraciones a los medios en este momento y pidió que se cambiara el contenido de la publicación, pues no era su intención crear conflictos.

De acuerdo al cónsul, Henry Salgado, el caso es complejo. El funcionario dijo que antes de que estas denuncias salieran a luz pública, él intentó ayudar de varias formas a la artista, pero la salvadoreña no aceptó la propuesta.

“La papa caliente me quedó a mi. Porque ningún consulado puede ser utilizado para hacer transacciones de dinero. Lo veo como algo cruel que la pongan a vender a ella yoyos, capiruchos, cuando se puede buscar una entidad que le puede apoyar, entonces no sé cuál fue el motivo por el cual la han dejado ahí muchos años”, dijo Salgado al preguntarle por qué el cambio de postura, si la artista tenía varios años de vender sus cuadros y artesanías en el Consulado.

Salgado aclaró que hizo gestiones con organizaciones para intentar encontrar un empleo a Andrea, pero al final del proceso, la artista no presentó la documentación requerida. Las declaraciones en las redes sociales en las que Aragón acusaba al cónsul de haberla retirado de las instalaciones sin previo aviso o consideración, tomaron por sorpresa all funcionario.

“Ella comenzó a postear en las redes que yo la había sacado y yo le dije que no la había sacado, yo tengo que dar cuentas de todo lo que pasa adentro del consulado. Y al contrario, yo comencé a buscarle trabajo por un lado por otro, con los empresarios, con dueños de negocios. Yo le vi el comportamiento a ella, como queriéndole favorecer a otras personas, me da no sé qué, que las personas crean o quieran inventarse una fachada mala de lo que es el consulado, o de mi persona o de funcionarios del nuevo gobierno”, dijo Salgado.

“Cuestión humanitaria”

Por su parte, el ex cónsul, Miguel Alas, dijo que el permiso otorgado a Andrea, de vender artesanías y sus cuadros en el Consulado fue más bien una “cuestión humanitaria” y que ese apoyo se basa en el apoyo a la comunidad que deben dar las oficinas consulares.

“En el caso de ella (Andrea) partimos de un aspecto, de una cuestión humanitaria. El caso surge en momento en el que se proyecta el apoyo a la comunidad, a distintos esfuerzos y el Consulado sirvió para eso. Desde el punto de vista de Derechos Humanos, ella era vulnerable por su condición de indocumentada, por su condición de discapacidad y también por su condición de ser mujer”, explicó Alas.

Según el exfuncionario, además, su decisión se basó en el artículo 5 de la Convención de Viena sobre las Relaciones Consulares que dice: “ejercer las demás funciones… que no están prohibidas por el Estado receptor o a las que esté no se oponga”, pues consideró que este artículo le dio la atribución de realizar acciones de apoyo a la comunidad a las que Estados Unidos no se opone, incluido el apoyo a Andrea.

Alas, además dijo que el caso de Andrea, fue tratado como un caso de expresiones culturales. “Bajo esa figura del numeral 5 de la Convención de Viena, literal m, dice que se puede hacer ciertas actividades que no estén prohibidas por el estado y segundo, el enfoque que en este caso era comunitario y humanitario, bajo esa perspectiva, ella tenía esta prerrogativa y no es así para otras personas”, agregó Alas.