Redacción Voz de la Diáspora
España – El presidente de Estados Unidos Joe Biden, ha destacado que el artículo 5 de la OTAN, que fija el acuerdo de las partes a defenderse en caso de ataque, es sagrado y ha advertido de que “un ataque contra uno es un ataque contra todos”.
“Vamos a defender cada centímetro de territorio aliado», ha aseverado durante una rueda de prensa en el marco de la cumbre de la OTAN en Madrid. Así, ha aplaudido el fortalecimiento de la Alianza Atlántica y ha aplaudido la retirada al veto a la entrada de Suecia y Finlandia y ha defendido que si el presidente ruso, Vladimir Putin, esperaba la «finlandización de la OTAN, lo que ha conseguido es la otanización de Finlandia”.
El mandatario ha asegurado que, si bien Rusia ha tratado de debilitar a la Alianza, “ha pasado justo lo que no querían, que se ampliara”. “Suecia está totalmente dentro”, ha recalcado.
“Esta cumbre muestra que nos unimos ante los desafíos”, ha manifestado antes de incidir en que Moscú «no ha logrado debilitarnos ni dividirnos» y destaca que se trata de un evento histórico.
La Alianza Atlántica ha presentado en Madrid su nueva estrategia para los próximos diez años, en la que Rusia es definida como «la amenaza más significativa y directa para la seguridad de los aliados», mientras China es presentada por primera vez como un «desafío».
Los tres pilares estratégicos siguen siendo los mismos: disuasión y defensa, prevención y gestión de crisis y seguridad colectiva, pero, según los integrantes de la OTAN, la invasión rusa de Ucrania ha cambiado radicalmente el entorno mundial de seguridad dando a luz un mundo «mucho más peligroso».
En consecuencia, la Alianza Atlántica vuelve a definirse como en sus orígenes, como un pacto de defensa entre naciones occidentales.
«La defensa colectiva se convierte en la madre de todas las tareas -afirma Fabrice Pothier, analista del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos-. Siguen afirmando que tienen tres tareas principales, pero ahora están envueltas en una más grande, un objetivo mayor, que es asegurar la defensa colectiva de la alianza».
En cuanto a China, irrumpe en la estrategia de la OTAN como un país que desafía sus «intereses, seguridad y valores», y al que acusan de alinearse con Moscú en contra de la política de puertas abiertas de la Alianza. De esa manera, la alianza militar deja claro que le preocupa la creciente influencia de Pekín en el mundo y su relación floreciente con Rusia.
“China no es nuestro adversario, pero debemos estar al tanto de los graves retos que representa”, resumió el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.