Por Cristabel Orellana
El Salvador – En un rincón de Panchimalco, distrito de San Salvador Sur, dos mujeres tejen esperanza. Lilian Pérez, de 36 años de edad, y Gloria Hernández, de 32 años de edad, son madres solteras que trabajan desde casa bordando para sacar adelante a sus hijos.

Lilian aprendió a bordar a los 14 años. Soñaba con ser maestra, pero la pobreza la obligó a dejar la escuela, hoy gana unos $80 al mes y, cuando puede, jala agua por $0.75 el viaje.
“Solo quiero un salario digno y poder comprar una casa para mis niños”, dice. Hace años no compra carne y apenas ralla cuatro onzas de queso a la semana para acompañar los frijoles.

Gloria, madre de mellizos, borda desde hace 15 años, cuando el dinero no alcanza, hace tortillas para vender.
“A veces solo comemos una vez al día, mi sueño es darles tres tiempos de comida a mis hijos”, confiesa, como Lilian, hace tiempo que no compra carne y debe racionar el queso.
Este drama impulsó, desde hace casi diez años, al Sindicato de Trabajadoras de Bordado en Domicilio (SITRABORDO) a promover la ratificación del Convenio 177 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que garantizaría contrato y prestaciones de ley a cientos de mujeres que sostienen, con sus manos, un oficio tradicional pero poco valorado.
Si deseas tenderles una mano, puedes comunicarte con ellas:
📞 Lilian Pérez: (+503) 7444-0311
📞 Gloria Hernández: (+503) 7297-1046
Cada puntada de Lilian y Gloria está llena de amor, esfuerzo y esperanza, con tu apoyo, sus hijos podrían disfrutar de comida suficiente, seguridad y un futuro digno.




