Por Diego Murcia
La caravana de migrantes compuesta por madres, padres e hijos que, desde la semana pasada, huye de la violencia en América Central, y viaja rumbo a la frontera de EE. UU. y México, ha alcanzado las 7 mil almas, según estimaciones de Naciones Unidas.
De acuerdo a esta entidad, antes del fin de semana, el número de personas provenientes de Honduras, que intentaron cruzar la frontera sur entre México y Guatemala, alcanzaba una modesta -aunque preocupante cifra- de 2 mil marchando hacia suelo estadounidense.
El número creció cuando la caravana tocó suelo mexicano, y fue detenida por las autoridades en Tapachula para intentar realizar un ingreso ordenado de extranjeros a este país del norte.
Ahora, se habla de nuevas adiciones al éxodo migrante, esta vez con ciudadanos de Guatemala. La misma podría crecer, puesto que en diversas redes sociales circula una convocatoria para salvadoreños que deseen unirse a esta marcha que tendría su punto de partida en El Salvador del Mundo, el próximo 31 de octubre, a las 9 de la mañana. Empero, esta información no ha podido ser confirmada.
Respuesta a Trump
La caravana inició su andar la semana pasada en San Pedro Sula, Honduras, con apenas 160 personas tratando de huir de la que se ha clasificado como una de las ciudades más violentas del mundo.
La iniciativa espontánea nace en medio de la controversial tolerancia cero manejada por la administración Trump, que ha mandado a centenares de niños a refugios temporales mientras que sus padres son procesados por separado y lejos de ellos.
Aunque, desde la llegada de Trump al poder generó cierta tendencia a la alza en el número de aprehensiones de migrantes, ni siquiera estos intentos de intimidación han logrado romper el espíritu de supervivencia de estas personas que, de todos modos, se siguen lanzando, literalmente, contra el río con tal de llegar a suelo estadounidense.
Los números hablan por sí mismos: En septiembre, los agentes de la Patrulla Fronteriza de EE. UU. capturaron a 41 mil 400 inmigrantes indocumentados, un aumento del diez por ciento con respecto a los 37 mil 544 del mes anterior. De los detenidos por la Patrulla Fronteriza en septiembre, 16 mil 658 formaban parte de familias solicitantes de asilo, trescientas más que el récord anterior establecido en junio de 2014.
A pesar del pequeño aumento en septiembre, las detenciones en la frontera permanecen en mínimos históricos, con un total de detenciones en 2018 inferiores a las de 2013, 2014 y 2016.
Entre tanto, las amenazas del presidente Trump contra los migrantes y los gobiernos de los países involucrados en esta ruta se han intensificado.
Por ejemplo, el lunes, el mandatario calificó la situación de emergencia nacional y declaró sin ofrecer pruebas que «delincuentes y desconocidos de Oriente Medio están mezclados» entre los marchantes hondureños.
«He alertado a la Patrulla Fronteriza y al Ejército de que se trata de una Emergencia Nacional», escribió el presidente en el primero de una serie de publicaciones en Twitter sobre la caravana.
El martes, amenazó con cortar toda la ayuda a Honduras, Guatemala y El Salvador si esta llega a los Estados Unidos. Para la mañana del jueves, el presidente dijo que llamaría a los militares para que cierren la frontera entre Estados Unidos y México si la caravana llega a la frontera sur. Sin embargo, no está claro qué podrían hacer los militares, ya que las tropas desplegadas en la frontera están limitadas únicamente a las funciones de apoyo logístico.
También sugirió que desmantelaría un reciente acuerdo comercial con México y Canadá que supuestamente servirá como un reemplazo del antiguo Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte.
México abre sus puertas
Desde su llegada al país, el gobierno mexicano interceptó a los migrantes para disuadirlos de su viaje.
Al principio, el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, advirtió que cualquier hondureño capturado sin el papeleo adecuado en México sería deportado, pero el miércoles, cambió de parecer y aseguró que “[cualquier centroamericano] que quiera trabajar en nuestro país tendrá ayuda, tendrá un trabajo… visa».
En un intento por detener la caravana, el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández apareció esta semana ante los medios de comunicación haciendo un llamado a sus connacionales para que regresen a sus tierra. Recalcó el presidente centroamericano que hay un equipo de trabajo para recibir a todos los hondureños y que hay ya en marcha un «paquete de ofertas en términos de oportunidad dependiendo de lo que quieran hacer de su vida», para emprender o mejorar su nivel de vida en sus comunidades.
No se sabe cuántas personas han aceptado su oferta a la fecha, ni el efecto que el llamado ha tenido.
Caravanas anteriores que han venido a México, han sido autorizadas a ingresar y buscar asilo en el país.