Redacción Voz de la Diáspora
En las últimas semanas la tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha escalado a niveles inéditos. El gobierno de Trump ha endurecido su postura contra el régimen de Maduro, combinando amenazas políticas, acciones militares y presión diplomática.

Llamada directa y ultimátum
El 21 de noviembre, Trump habló con Maduro por teléfono. Según fuentes de prensa, durante la llamada Trump le dio a Maduro un ultimátum: abandonar el poder de inmediato, salir del país con su familia, a cambio de que se le garantizara un salvoconducto.
Maduro, por su parte, dijo estar dispuesto a dejar el cargo —pero solo si él y su círculo cercano recibieran una “amnistía legal completa”, incluyendo el levantamiento de sanciones y perdón de procesos judiciales.
La oferta fue rechazada por Washington, y el plazo que supuestamente dieron —según fuentes estadounidenses— ya expiró. Como consecuencia, Trump declaró “cerrado en su totalidad” el espacio aéreo venezolano, una medida simbólica pero de fuerte carga política y diplomática.
Estrategia militar y acusaciones
Estados Unidos ha aumentado su presencia militar en el Caribe, argumentando una campaña contra el narcotráfico. Desde septiembre han realizado decenas de ataques a barcos que, según Washington, transportaban drogas.
Además, la administración Trump calificó al Cártel de los Soles (al cual asocia con el gobierno de Maduro) como “organización terrorista”, lo que le da al Gobierno de EE. UU. una mayor libertad para llevar a cabo operaciones militares y legales.
Venezuela, por su parte, denuncia que estas acciones no buscan combatir drogas, sino provocar un cambio de régimen y apoderarse de los recursos petroleros del país.
¿Hay una salida por la vía diplomática?
Aunque la situación parece encaminarse hacia una confrontación, la reciente llamada entre Trump y Maduro dejó abierta la puerta al diálogo. Maduro declaró que la conversación fue “respetuosa y cordial”, lo que algunos analistas interpretan como una señal de que Caracas podría estar dispuesta a negociar bajo ciertas condiciones.
Pero esas condiciones —amnistía total, fin de sanciones, impunidad judicial— son vistas como inaceptables por Estados Unidos. Así que, por ahora, la tensión sigue latente.
Qué podría pasar ahora
Según expertos consultados por prensa internacional, si Maduro cae, Venezuela entrará en una fase de gran incertidumbre: crisis política, riesgo de violencia, luchas internas por el poder, posible intervención extranjera o influencia sobre el petróleo y otros recursos estratégicos.
Al mismo tiempo, el desarrollo de la situación dependerá de decisiones de Washington y Caracas en los próximos días: si hay presiones diplomáticas adicionales, maniobras militares más agresivas, ofrecimientos de negociación, o cómo responda la población venezolana.