Por Eduardo Cubías (Opinión)
El Salvador – Llegamos a la conclusión de que ya no cultivamos la tierra como en antaño y nos hemos vuelto dependientes y consumistas de la importación de alimentos, frutas, legumbres, verduras, hortalizas, todas tienen que importarse de países vecinos y de más allá.
El problema no es tanto económico sino cultural y Ético, las remesas han suplido la necesidad de los alimentos, hoy los compramos sin el mayor esfuerzo como fruto de nuestro trabajo.
En el Oriente del país son los hondureños y los nicaragüenses los que trabajan la tierra, contratados por los dueños de las propiedades, pero no para cultivar frutas legumbres y verduras sino para otros cultivos, desde luego les pagan en dólares y por eso vienen a El Salvador.
Los cítricos también están caros y escasos, sucede que las grandes empresas empacadoras de jugos están comprando las cosechas de naranjas y limones » in situ «, tal como sucede en los pueblos ubicados en las faldas del Chinchontepec (San Vicente). Un jugo natural de naranja o una limonada cuesta caro, y así las cosas van de mal en peor.
Sabores salvadoreños
Ni modo, los güisquiles están por las nubes, habrá que sembrarlos en un huerto casero para aliviar el presupuesto. Una parra en una ramada puede proveerse de esta verdura. Increíble, un güisquil cuenta $ 0,50 en el mercado y con » picacheros » y en los » super» $ 0,60.