Por Luis Alberto López
La pandemia por COVID-19 no solo ha cobrado cerca de mil muertes e infectado a casi 33 mil personas en El Salvador, también ha obligado a que las autoridades restrinjan el acceso a cementerios municipales y privados en el tradicional Día de Difuntos.
Familiares de víctimas del nuevo coronavirus no tuvieron la oportunidad de estar en las mejores condiciones durante el sepelio para darle el último adiós a sus seres queridos, debido a las restricciones impuestas en los cementerios municipales y privados.
El duelo no ha terminado, este 2 de noviembre Día de los Muertos será la primera vez que, de manera parcial, podrán llegar a enflorar en el lugar donde fueron enterrados con protocolo COVID-19 cientos de salvadoreños.
Las autoridades municipales han impuesto medidas de restricción para ingresar a los campos santos, con el propósito de evitar más contagios por COVID-19, ya que el virus continuó en el ambiente.
Se admitirán tres personas por familia, no se permitirá el ingreso de niños y adultos de la tercera edad por su grado de vulnerabilidad, se permitirá un máximo de 45 minutos dentro del cementerio, no se debe llevar comida y la mascarilla será obligatoria, entre otras disposiciones que deberán cumplirse.
El 2 de noviembre es asueto remunerado y cae día lunes, por ello las autoridades municipales abrirán las instalaciones desde el sábado 30 de octubre para que las familias puedan llegar de manera gradual durante los tres días.
Sin duda, será un reencuentro difícil emocionalmente para familiares de víctimas de la peor pandemia del siglo 21, y que aún no termina.