Por Alberto Barrera
Pittsburg, California – El reciente despido del presentador Tucker Carlson, de la cadena Fox News, ha escandalizado a los medios de comunicación estadounidenses que han llenado de tinta diarios y revistas, comentarios en radios, canales de cable y streamings, y digitales por la intempestiva salida del popular entrevistador, considerado una luz de la ultraderecha en este país.
Aunque Donald Trump asumió el poder en 2017 “fue Carlson quien estableció la agenda ideológica”, escribió Andrew Marantz en el semanario The New Yorker.
Carlson, con unos 3,0 millones diarios de televidentes, se despidió entusiasmado de su programa la noche del viernes 21 de abril y anunció que volvería el lunes, pero la mañana de ese día se avisó: “FOX News Media y Tucker Carlson han acordado separarse”.
Le agradecieron su trabajo como colaborador de 2009 a 2016, y desde año sustituyó a Bill O’Reilly en la entrevista estelar nocturna.
La separación del popular y controvertido entrevistador ocurrió en medio del pago de Fox News de 787,5 millones de dólares a Dominion Voting Systems, una empresa de recuento electoral, y con ello evitó un juicio por difamación, debido a que Tucker hizo eco a la negación de Trump de reconocer su derrota en las elecciones presidenciales de 2020.
El conductor de televisión de 53 años dio su gran salto “durante la pandemia” en 2020 radicalizando a Estados Unidos con “mensajes incendiarios, que lanzaba con gesto impávido y verbo irónico”, escribió Iker Seisdedos en el diario El País de España.
Su estilo era echarle leña al fuego con mentiras sobre el robo de las elecciones presidenciales por parte de los demócratas que llevaron a Joe Biden al poder y trató de anular la responsabilidad de los atacantes al Capitolio el 6 de enero de 2021. Además de su oposición a las vacunas anti COVID-19, promovió el racismo y otras ideas de extrema derecha.
Se le critica por oponerse a la ayuda de Estados Unidos en la guerra de Ucrania contra Rusia y destacaba acciones de presidentes considerados “autócratas” como Viktor Orbán de Hungría –conservador nacionalista y populista de derecha-, Jair Bolsonaro, militar retirado y expresidente de Brasil identificado con la extrema derecha, y el salvadoreño Nayib Bukele, un joven presidente al que organizaciones como Amnistía Internacional le critican medidas, que con el argumento de combatir la delincuencia de las pandillas, peligrosamente llevan al país a un estado represivo.
Otros organismos humanitarios le han acusado de violar los derechos humanos desde que hace un poco más de dos años la Asamblea Legislativa, que controla su partido, aprobó la ley del régimen de excepción para combatir a peligrosas bandas delincuenciales y por la cual se han capturado a más de 60, 000 personas, pero según las denuncias no todos son pandilleros y se les violan sus derechos. Muchos han muerto en la cárcel o salieron a morirse, sostienen sus críticos.
Bukele reacción al despido del presentador.
“Ellos no pueden eliminar a @TuckerCarlson, por lo que intentarán difamarlo, censurarlo y sacarlo del aire», dijo en su cuenta de Twitter.
El presidente salvadoreño fue entrevistado por Carlson el 1 de noviembre del año pasado y lo elogió por sus acciones desde que en 2019 asumió el poder. Bukele opinó sobre la macroeconomía global, aludió la adopción en su país de la criptomoneda Bitcoin y criticó el papel de la prensa internacional en su cobertura sobre El Salvador con “noticias falsas.”
Un mes después Carlson entrevistó a Max Keizer, quien ha asesorado a Bukele “sobre sus criptopolíticas”, reportó John Knefel en Mediamatters Org. Knefel dijo que Keizer calificó a El Salvador como un “faro” de “esperanza” y elogió a Bukele por comprometerse a emitir “bonos volcánicos”, aunque aún no lo ha hecho, pese a que en enero la Asamblea Legislativa aprobó una ley que lo facilita. En la misma entrevista Keizer también destacó las políticas represivas de Bukele, “mientras Carlson asentía con la cabeza.”
Agregó que “el presidente Bukele es Eliott Ness” de El Salvador al aludir esas políticas policiales en contra de la “plaga de delincuencia” de las pandillas y compararlas con las que impulsó el gobierno estadounidense contra las mafias en la década de 1930, agregó la nota de Knefel.
Brian Stelter, quien escribe un libro sobre Fox: “Network of Lies”, dijo que Carlson se había vuelto “más grande que Fox News”, y adelantó “su repentina expulsión tendrá profundas consecuencias para Fox News, para las noticias de televisión y para el Partido Republicano.”
La partida de Carlson generó competencia entre medios de derecha de la misma cadena televisiva, escribieron Zachary Pleat y Eric Kleefeld en Mediamatters, que aludieron la andanada de reacciones de conservadores que atacaron a Fox y le alentaron a irse a otro medio o crear uno propio. Hasta sugirieron intentara ser candidato presidencial o ser compañero de Trump en una eventual candidatura en 2024.
Russia Today tuiteó: «Hola @TuckerCarlson, siempre puedes preguntar más con @RT_com». A lo que los autores de la nota dijeron que Carlson siempre ha tenido “una relación simbiótica” con los medios estatales rusos, incluida la difusión de puntos de conversación contra el apoyo de EE. UU. a Ucrania).
Steve Bannon, exfuncionario de la administración Trump, dijo en la misma red que “Tucker es realmente la razón para ver Fox. Con esto, no sé por qué alguien necesita ver algo sobre el imperio Murdoch porque Tucker fue el pilar de la voz populista en Fox.”
Ross Douthat, comentarista en The New Yorker, analizó situación de Tucker y dijo que “su futuro no parece demasiado brillante en este momento”.
En su análisis Douthat sostuvo que “los jóvenes conservadores comienzan cada vez más donde Carlson terminó: una postura de desconfianza reflexiva”, con sus temas de antiguerra (Ucrania) y anti corporativas (Silicon Valley) “estaba probando una forma de populismo conservador.”
Y ser populistas conservadores parece ser una moda entre políticos que han asumido el poder en muchos lugares del mundo, Latinoamérica no es la excepción.