Por José Eduardo Cubías Colorado
“Apuntes de Cátedra”, no se debe estigmatizar el término “manipulación” en el lenguaje periodístico, ya que es parte del procedimiento profesional del periodista, nada reñido con la Ética.
La información se trata de la valoración de los datos, en primer lugar, para ser considerado como noticioso y si la documentación no cumple con los estándares de información, no se procede a redactar la nota.
Los comunicadores institucionales suelen enviar informes a los medios de comunicación catalogados como basura, y ésta va a parar al cesto de papeles.
Si la nota enviada tiene consistencia periodística e interés público, el redactor procede a seleccionar y ordenar los datos de acuerdo a la estructura noticiosa, tomando en cuenta la política editorial e informativa y en ciertos casos la política financiera. Esto es parte del tratamiento informativo de los datos, equivalente a una manipulación de la noticia.
Después de ser redactada la nota por el reportero o el redactor, al editor de sección o el editor local, es aquí donde continúa la manipulación. El editor valora la nota, la edita y recomienda su respectiva publicación, la nota puede ser publicada con titular destacado y con fotografías, si esta genera expectativas y controversia, puede prolongarse la vida publicando una secuencia de los hechos hasta por una semana según criterios financieros, pues aumenta la circulación del periódico o la televisión.
Cabe destacar que existe la otra clase de manipulación de la noticia: la tendenciosa, la malintencionada, maliciosa para favorecer o perjudicar a una persona, en la cual la Ética sale sobrando, este es otro tipo de manipulación muy diferente a la profesional.