Muerte anunciada del fútbol salvadoreño
Por Dennis Aguillón
El Salvador – El fútbol es entendido por las masas no solo como un deporte, sino también como un arte, una pasión de multitudes y un medio de cohesión social, útil para confeccionar un tejido social alrededor de la identidad.
Muchos lo llaman como el “deporte rey” cuando suena el silbato y la número 5 comienza a rodar ya nada más importa. Se dice que se puede cambiar de novia/o, amigos, banda favorita y hasta religión. Pero nunca de camiseta. No se puede explicar con palabras, es el fútbol nuestro de cada día, esa pasión que conmueve al mundo entero.
El fútbol salvadoreño vive uno de sus momentos más críticos de la historia, luego que se comunicara de un allanamiento por parte de la Fiscalía General de la República a las oficinas de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT), una oficina contable y casa de Hugo Carrillo.
Dicha invasión se debe a presuntos cometimientos de delitos fraudulentos y lavado de dinero, por parte de la administración comandada por Hugo Carrillo en el periodo de 2018 a 2022.
Posterior a esto, el Gobierno de El Salvador desconoció a seis miembros del Comité Ejecutivo de la FESFUT por medio de un Tribunal de Disciplina, Ética y Apelaciones del Deporte adherido al INDES, que dirigido por Yamil Bukele, presidente “Ad honorem” y hermano del presidente de El Salvador.
La resolución ordena iniciar un proceso que regule la situación jurídica de la FESFUT y en concreto, la adecuación de sus estatutos a la Ley General de los Deportes. A partir de la resolución, la iniciativa del Tribunal es que el comité directivo del INDES se encargue de nombrar a los miembros de una eventual Comisión de Normalización para continuar el desarrollo de eventos deportivos en todas sus categorías.
La negativa del Comité Ejecutivo a adecuar los estatutos de la FESFUT al INDES es porque entrarían en conflicto con los estatutos de la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) y se podría dar una suspensión por parte del ente rector.
Las tensiones entre Bukele y Carrillo se han generado principalmente por la negativa de la FESFUT de reforma sus estatutos de acuerdo a la Ley General de los Deportes, podría derivar en la suspensión de credenciales legales por injerencia del Estado ante su miembro y conllevaría a una sanción de FIFA a El Salvador parecido a lo sucedido en Guatemala hace años atrás.