
Por María T Morales
Texas, Estados Unidos. Por lo menos unos 200 soldados de la guardia nacional serán enviados en los próximos días a la frontera sur, entre Texas y México, tras las probabilidades de la llegada de otra caravana de migrantes, según el gobernador Greg Abbott.
Abbott, quien mantiene un fuerte discurso antiinmigrante, amenazó con detener a todo aquel que intente cruzar hacia los Estados Unidos mientras acusó al ejecutivo de abrir y dejar libres las fronteras.
Representantes de organizaciones que velan por los derechos de los migrantes han denunciado, hasta el cansancio, las irregularidades, que según ellos, enfrentan los inmigrantes, principalmente, quienes son detenidos y nunca tienen la posibilidad de pelear el caso ante cortes de migración en busca de asilo u otro tipo de beneficio migratorio.
La zona limítrofe se encuentra custodiada por, al menos, mil agentes del Departamento de Seguridad Pública y la Guardia Nacional estatal trabajará en conjunto con ellos, dijo el funcionario a través de su cuenta de Twitter.
Para Abbott, toda persona que intenta cruzar hacia la nación americana es parte de estructuras “criminales” y de “narcotraficantes”.
En Texas, una orden ejecutiva del gobernador permite que las autoridades ejecuten detenciones en la frontera, y remitan, principalmente a indocumentados ante tribunales, acusados por invasión a la propiedad privada.
Desde enero a la fecha, las autoridades migratorias han expulsado a unas 64 mil personas quienes cruzaron la frontera estadounidense de forma irregular.