Por Giovanni Rojas
Ha pasado más de una semana de la militarización de la Asamblea Legislativa y el discurso del presidente salvadoreño Nayib Bukele, en el que llamó a la insurrección.
Algunos analistas políticos aseguran que las palabras de Bukele continúan sembrando odio y desunión en el país, porque no son concertadoras.
El panorama político de El Salvador generó diversas opiniones a nivel nacional e internacional. Voz de la Diáspora consultó a los salvadoreños en las calles de San Salvador sobre los últimos acontecimientos políticos, ocurridos en el país y estos fueron los resultados:
“No es bueno lo que está pasando, pero el salvadoreño está acostumbrado a que todo lo hacemos a la fuerza”.
“Volvemos a los 80 donde empezó la guerra; toma de iglesias, de colegios, todo en general y hoy estamos tomando la Asamblea”.
Las opiniones de los salvadoreños que se enfrentan día a día con la inseguridad, son diversas.
Mientras unos creen que “ahí no estuvo el pueblo, sino sus empleados, su seguridad, la fuerza armada” o que las acciones del presidente estuvieron mal”, otros son de la idea que “está bien lo que está haciendo, y que él (Nayib Bukele) es bueno”.
Además, otro grupo asegura estar cansado «de lo mismo de siempre». Para otros, los recientes hechos de protesta frente al Recinto Legislativo pueden ser contraproducentes sino se controlan y si hay excesos, porque puede provocar que el pueblo reaccione de forma violenta.
Los más analíticos consideran que es necesaria una reforma constitucional, para ordenar algunos aspectos al interior de la Asamblea y el Ejecutivo, para dejar atrás la “supra constitucionalidad” que mantiene sometida a la clase pobre, de ahí que son de la opinión que es urgente refundar el Estado, pero con la participación del pueblo.
«Los políticos nos han mantenido en el estatus quo, haciendo creer que la violencia es algo común y normal de la clase pobre, porque ellos no la han sufrido».
De acuerdo con el experto en seguridad y criminología, Ricardo Sosa, del 01 de enero a la fecha se ha logrado una reducción del 57% en violencia homicida, comparado con el mismo periodo en 2019.
Sin embargo, otros actores políticos y exfuncionarios públicos, como Miguel Fortín Magaña, aseguran que la forma en la que se reportan los homicidios en el país, es diferente, de ahí que las cifras han mejorado.