En la zona rural de El Salvador, la actividad de la ganadería no se ha detenido con la pandemia. Sin embargo, las limitaciones que los ganaderos tienen por la emergencias, la cuarentena y las prohibición en el país impactan de forma negativa a los pequeños productores de este sector.
Los ganaderos que se dedican a la producción artesanal de leche o productos lácteos, no pueden comercializar sus productos con normalidad. Hay producción, pero no hay demanda; por lo tanto, la economía de este sector se ve directamente afectada.
A pesar que la ley de emergencia no restringe las actividades del campo, o el trabajo agrícola, pero la presión gennerada por la reducción es preocupante. Al menos, los empleos se han mantenido y eso ya es ganancia para muchas familias que dependen de esta actividad.
La temporada seca finalizó. Y ahora con la temporada de lluvia, florencen los pastos y también florecen las esperanzas para los ganaderos, pues la posibilidad de que se levante la cuarentena y las medidas implementadas por el gobierno de El Salvador, deja buenas espectativas para la economía de los ganaderos.
Nueva Concepción y Chalatenango, al norte del país, son uno de los principales productores lácteos que abastecen a mercados, restaurantes, tiendas y grandes empresas procesadoras de leche fluida.
Luis Alberto López nos trae el reporte.