Por Héctor M.
Rusia – El potente terremoto que sacudió la península de Kamchatka (Rusia) en la madrugada del 30 de julio ha sido revisado oficialmente a una magnitud de 8.8, lo que lo convierte en uno de los terremotos más fuertes desde que existen registros instrumentales modernos.
El epicentro se localizó a 136 kilómetros al este de Petropavlovsk en la península de Kamchatsky, con una profundidad de 19 kilómetros. El evento sísmico fue registrado inicialmente con una magnitud de 8.0, pero análisis posteriores por agencias como Geoscience Australia, el USGS y el Instituto de Geofísica de Rusia elevaron la magnitud tras estudiar el comportamiento de la falla megathrust involucrada.
El sismo generó un tsunami con olas de hasta 5 metros en zonas costeras del Pacífico Norte, lo que activó alertas en países como Japón, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Chile y varios territorios del Pacífico. Japón evacuó preventivamente a más de 1.9 millones de personas, incluyendo trabajadores de la planta nuclear de Fukushima, aunque no se reportaron daños estructurales significativos ni víctimas mortales.
Se trata del terremoto más fuerte registrado en Rusia desde 1952, y el más potente del planeta desde el sismo de Tōhoku (Japón) en 2011. Por su magnitud, el evento de Kamchatka desplaza a otros sismos históricos del top 10, y vuelve a poner en evidencia la intensa actividad sísmica del Cinturón de Fuego del Pacífico.
A pesar de su enorme energía liberada, las estrictas normas de evacuación, sistemas de alerta temprana y la baja densidad poblacional en la zona epicentral evitaron una catástrofe mayor.
