Por Alberto Barrera
Pittsburg, Ca – Alarmas y voces cada vez más altas advierten los peligros de la prensa para ejercer su labor de informar ya que en 2024 aumentó la muerte de periodistas, cientos están en cárceles, otros sufren acosos y los medios se enfrentan a una inestabilidad sin precedentes, prohibiciones o cierres por ejercer la libertad de informar.
La celebración del Día Internacional de la Libertad de Prensa es precedido por el mortífero año pasado en el que “al menos 124 periodistas en 18 países fueron asesinados”, dijo el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) en su informe anual y sostuvo que “refleja los crecientes niveles de conflicto internacional, inestabilidad política y criminalidad en todo el mundo.”
Según Reporteros sin Fronteras (RSF) 550 periodistas están encarcelados en el mundo, la cifra aumentó un 7,2 % en 2024, sobre todo por la persecución de la que son objeto en Rusia y en Israel.
El ejercicio de la libertad de prensa está en grave riesgo en países como Estados Unidos en donde la segunda administración del presidente Donald Trump ha tomado medidas que en 100 días “han estado marcados por una oleada de acciones ejecutivas que han creado un efecto escalofriante”, dijo en su informe más reciente el CPJ.
Las quejas de periodistas y medios abundan porque siempre creyeron que uno de los valores más importantes en el sostenimiento de la democracia era la prensa libre, y se dan cuenta de lo endeble que es ese valor, uno de sus pilares para el sistema político.
Y no solo es la gravedad de la muerte o zozobra que viven los corresponsales en conflictos como el de la franja de Gaza en donde el ejército israelí mató a 82 periodistas, el más sangriento, o de otros como en Sudán o Pakistán en donde fallecieron otros tres reporteros.
«El aumento de los asesinatos de periodistas es parte de una tendencia más amplia de amordazar a los medios de comunicación a nivel mundial. Este es un tema que debería preocuparnos a todos, porque la censura nos impide abordar la corrupción y la criminalidad”, dijo la directora ejecutiva del CPJ, Jodie Ginsberg.
En cuanto a periodistas encarcelados Israel encabeza la lista, desde el comienzo de la guerra en Gaza en octubre de 2023 se ha convertido, según RSF, en “la tercera prisión del mundo para los periodistas”, ya que hay allí 41 privados de libertad. Por delante están China con 124 (de ellos 11 están en Hong Kong) y Birmania con 61 periodistas en prisión.
También dentro de territorio estadounidense los periodistas enfrentan inseguridad, no porque exista una guerra abierta y sean asesinados, se limita su poder, se les expulsa de la Casa Blanca o se les amenace porque divulguen información que no conviene al gobierno. No existe ley que proteja su trabajo.
La Procuradora Pam Bondi dijo en un memorando que “este Departamento de Justicia no tolerará divulgaciones no autorizadas”, y en el mismo cita filtraciones de los diarios New York Times y Washington Post y la agencia de noticias Reuters. Las amenazas a los periodistas incluyen citaciones, registros por publicaciones y pueden enfrentar multas y cárcel.
En febrero Trump ordenó represalias contra la agencia AP para que no cubra eventos oficiales porque decidió referirse al Golfo de México por su nombre reconocido y no llamarlo Golfo de América como lo anunció el presidente al inicio de su segundo mandato.
La agencia noticiosa inició una campaña en sus publicaciones: “Las políticas cambian, pero los hechos perduran. AP ofrece periodismo preciso y basado en hechos para mantener al mundo informado en cada administración.”
The Intercepta segura que “La protección de la libertad de prensa nunca ha sido tan importante”, como parte de su campaña para recaudar fondos y sostener al medio así como para responder a las demandas interpuestas contra funcionarios, entre ellos el magnate Elon Musk.

Reporteros Sin Fronteras aseguró en su informe que “la situación mundial de la libertad de prensa es difícil» o “muy grave”; y que en más de una década ha “advertido un declive mundial de la libertad de prensa”. Concluyó que “más de seis de cada diez países (112 en total) vieron disminuir sus puntuaciones generales en el Índice.”
El CPJ dijo que en América Latina y el Caribe, México registró cinco asesinatos en 2024, que “lo mantiene como uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas.” Y sostuvo que “la anarquía de Haití lo distingue, ya que las pandillas ahora se atribuyen abiertamente la responsabilidad de los asesinatos de periodistas, donde dos asesinatos ocurrieron en medio de la violencia desenfrenada.”
Prensa y periodismo en El Salvador
La Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) dijo que en 2024 registraron 467 ataques contra la prensa y lo consideró como “el más violento para el gremio desde que se tiene registro”. Esto “evidencia un contexto de mayores restricciones y censura”, y destaca “el incremento de la violencia digital y de género”.
APES advierte un “espacio hostil para periodistas, especialmente para mujeres comunicadoras” y se limita “el acceso a la información” pública”, pero no hay reportes de violencia directa, ni periodistas encarcelados.
En cuanto al trabajo de la prensa internacional conversamos con Nelson Rentería Meza, corresponsal de la agencia de noticias Reuters en San Salvador quien explicó lo que a su juicio es el trabajo de la prensa en el país y las dificultades a la que se enfrenta a diario:
-¿Cómo se ejerce el trabajo de la prensa en El Salvador?
“Los tiempos han cambiado y las herramientas para ejercer el periodismo también. Ahora las fuentes o generadores de información pueden saltarse a la prensa y difundir sus propios contenidos en sus diferentes redes sociales, donde la ciudadanía puede verlo directamente. Mucha información y desinformación circula ahí, sin filtro. Dependerá de la habilidad del periodista para permanecerse vigente, actual, preciso y completo. Además, a los ojos de la población, el oficio de periodista y los medios de comunicación se ha desprestigiado frente a figuras como youtubers, tiktokers o instagramers, la gente suele informarse por esos canales.
El discurso oficial ha generado mucha polarización y poco espacio para el diálogo y el consenso. Los espacios para la crítica son cada vez menores, salvo en las redes sociales, donde los contenidos contra el oficialismo sufren de cacería y desprestigio.
-¿Cuáles son los obstáculos principales?
Se ha profundizado la centralización de la información en Casa Presidencial, hay poco acceso a fuentes y/o los funcionarios temen hablar con la prensa. Aunque no es nuevo, solo se informa lo que conviene. Hay una exagerada reserva de información y datos oficiales. Las instituciones del Estado están cooptadas, por lo que no hay diversidad de opinión y contraste.
-¿Existen peligros para los periodistas?
Existen peligros, acoso personal o digital. Seguidores del oficialismo amedrentan y atacan a las voces críticas del gobierno. Por ahora no hay periodistas en prisión por su trabajo ni afortunadamente muertos.”