Cortesía Voz de América
ROMA — El papa Francisco ha modificado los ritos funerarios que se utilizarán cuando fallezca, por tanto ha simplificando los rituales para enfatizar su papel como un simple obispo, permitiendo el entierro fuera del Vaticano, de acuerdo con sus deseos.
En un nuevo rito formal publicado el miércoles, el diario L’Osservatore Romano en el Vaticano dijo que Francisco renunciará a una práctica centenaria de enterrar al difunto papa en tres ataúdes, uno dentro del otro, hechos de ciprés, plomo y roble. En su lugar, el cuerpo de Francisco estará en un único ataúd de madera revestido de zinc.
Ravelli le dijo a L’Osservatore Romano que la nueva reforma simplifica los ritos funerarios, incluyendo la eliminación del requisito de que el papa sea colocado en un catafalco elevado en la Basílica de San Pedro para la vista pública. En cambio, estará a la vista en un ataúd simple, y el entierro ya no requiere los tradicionales tres ataúdes de ciprés, plomo y roble.
La simplificación, según dijo Ravelli al periódico, tiene como objetivo “enfatizar aún más que el funeral del Pontífice Romano es el de un pastor y discípulo de Cristo y no de un hombre poderoso de este mundo”.
Ahora, su deseo de ser enterrado en Santa María la Mayor refleja su veneración por un ícono de la Virgen María que se encuentra allí, la Salus populi Romani (Salvación del pueblo de Roma).
Santa María es la iglesia a la que Francisco acude tradicionalmente a rezar antes y después de cada uno de sus viajes al extranjero.
Después de cada viaje, Francisco va a la basílica a postrarse ante la pintura de estilo bizantino que presenta una imagen de María, vestida con un manto azul, sosteniendo al niño Jesús que a su vez sostiene un libro dorado con joyas. “Es mi gran devoción”, le dijo Francisco a N+ al revelar sus planes de entierro futuros. “El lugar ya está preparado”.