Por José Eduardo Cubías Colorado
Los medios informativos desempeñan una función de importancia decisiva en una Democracia, la de proporcionar información sobre cuya base los ciudadanos receptores toman sus decisiones, necesarias para gobernarse a sí mismo y en su convivencia social.
La naturaleza de esta función sirve de fundamento al Código de Ética del Periodismo, a la Deontología de esta profesión: trato equitativo, honrado e igual para todos.
Se han creado códigos para definir los detalles de esa responsabilidad. Dichos códigos pueden considerarse como la «Ley Escrita» del periodista. Empero, dejan sin resolver dos importantes problemas: en primer lugar puede referirse a que cualquier tipo de obligatoriedad legal; es una restricción a la Libertad de Prensa. En segundo, no es posible que los códigos describan todas las situaciones; entonces los individuos o grupos tienen que tomar muchas de las decisiones sobre la base de la «Ley no Escrita», la cual nace de la discusión y reflexión de los periodistas.
Esta «Ley no Escrita» resulta clara y definida, en algunas esferas, pero en otras es vaga e indefinida. Por consiguiente, la conciencia del periodista que toma en cuenta sus responsabilidades es la guía del comportamiento ético en el ejercicio de esta profesión. Todo depende de su formación profesional.