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Redacción Voz de la Diáspora

La detención de migrantes en la frontera con México llegó a su nivel más alto en las últimas dos décadas, la administración del presidente Joe Biden elaboró una estrategia que consta de 21 puntos que será fundamental para examinar las solicitudes de asilo en forma ágil y deportar en menos tiempo a los que no cumplan con los requisitos establecidos.

El Gobierno dará plena autoridad a los funcionarios encargados de tramitar el asilo, para tomar decisiones relacionadas a las solicitudes de migrantes que cruzan irregularmente la frontera, esto evitará que todos los solicitantes tengan que defender sus casos en las cortes de inmigración, que acumulan un retraso de más de 1.2 millones de procesos.

La Casa Blanca pretende enviar los casos de asilo que lleguen a las cortes con un registro específico para asegurarse que tengan prioridad. Las familias solicitantes tendrán acceso y asesoramiento jurídico, una asistencia que actualmente depende de que el Congreso apruebe un presupuesto de 15 millones de dólares para el próximo año.

Mientras tanto, los inmigrantes que sean declarados no aptos o que no soliciten asilo de forma apropiada serán deportados en menos tiempo:

“El asilo y otras vías legales de migración deben seguir estando disponibles para quienes buscan protección. Los que no busquen protección o no cumplan los requisitos serán expulsados rápidamente a sus países de origen”.

El Gobierno de Joe Biden no determinó cuándo podría entrar en vigencia esta nueva política fronteriza, sin embargo, muchas de las ideas se plantearon a través del proceso de elaboración de normas federales y propuestas presupuestarias, incluida la contratación de 100 jueces de inmigración más, pero ahora se codifican con un plan estratégico.

El documento dice que el plan del presidente Biden no será fácil, debido a que se deben revertir varias políticas impulsadas por el expresidente Donald Trump.