Por Engelberto Maldonado Pérez
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, y el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, se reunieron para tratar la propuesta de reforma fiscal de Italia para el próximo año. Al parecer, al final del encuentro el único acuerdo fue continuar con las conversaciones.
Después de la reunión, Conte afirmó que sostendrá la propuesta rechazada por la comisión, el pasado 22 de noviembre.
Las autoridades europeas consideran excesivo el endeudamiento italiano (131.9%) e insostenible el déficit del 2.4% para el presupuesto de 2019.
Insisten en que es urgente cambiar puntos como el salario de ciudadanía por desempleo y la reforma de pensiones, lo cual incrementaría la deuda, que de acuerdo a las exigencias de la Comisión Europea debe ir a la baja.
Juncker no brindó declaraciones al finalizar la reunión, pero es claro que la comisión está firme en rechazar la propuesta italiana que no encaja dentro de las reglas establecidas para el pacto de estabilidad, que permite el crecimiento económico acordado por todos los miembros de la Unión Europea (UE).
No obstante, algunos periódicos han difundido que Juncker exigió al primer ministro, reducir el déficit al 2%, lo que evitaría la sanción a Italia.
En la corta historia de la Unión Europea, ningún país miembro ha sido sancionado. Por ello, los analistas sostienen que ambas partes se encuentran en una situación difícil, ya que es complejo dimensionar las consecuencias, al ser Italia la tercera economía de la UE.
El primer ministro italiano se reunirá con los representantes de las dos fuerzas en el gobierno, el ministro del Interior, Matteo Salvini y el ministro de Trabajo, Luigi Di Maio, para analizar el resultado de este encuentro con el presidente de la Comisión Europea.
Los dos ministros son considerados piezas claves en la toma de decisiones, por lo que los analistas sostienen que Conte y su ministro de Economía, Giovanni Tria, se sentarán a negociar con las manos atadas.