Por Héctor Murcia Hernández
Opinión – Al rey Fernando el Católico se le atribuye la siguiente frase: “Conseguid oro, humanamente si es posible, pero a toda costa, conseguid oro”.
Como de costumbre, Nayib Bukele usó sus redes sociales para hacer gala de su grandilocuencia, esta vez para exponer una retahíla de supuestos beneficios de la minería metálica y cómo no, apelando a la religiosidad de la gran mayoría de la población salvadoreña.
En la publicación, hecha un día después de compartir un artículo de la revista VanEck en la que dejaba entrever su intención de revertir la prohibición de la minería metálica, Bukele hacía énfasis en los supuestos beneficios que traería al país la explotación de las reservas de oro y sobre todo haciendo una “minería responsable”.
Pero decir que hay una minería responsable es como decir que hay un tipo de cáncer que es bueno, porque en esencia la minería es un cáncer, que corroe la tierra, el agua, las personas que viven cerca de las minas o trabajan en ellas, en definitiva: la minería responsable NO EXISTE.
Para algunos, el término de minería responsable se define como el desarrollo de recursos minerales y energéticos de un país, maximizando los beneficios económicos y sociales mientras se minimizan los impactos ambientales. Pero con esto lo que se pretende es hacer un lavado de cara de la industria minera y los gobiernos interesados, tratando de vender la idea de que los problemas o los impactos sociales y ambientales que ésta genera se pueden resolver con tecnología de punta.
Pero la práctica es más complicada que tratar de quedar bien diciendo que una minería responsable es posible, porque los datos matan el relato, como dijo aquel.
Según un informe de Weir Group, la minería representa el 3,5% de la energía global, una de las más altas. Además, consume grandes cantidades de agua en procesos industriales, como el transporte de roca pulverizada. Otros impactos incluyen la generación de residuos, la pérdida de terrenos, desplazamiento de personas, pérdida del hábitat natural para especies animales y la contaminación de suelos y aguas.
En el caso de la extracción de oro, los impactos ambientales dependen de si la mina es subterránea o de superficie, así como del proceso químico utilizado para concentrar el oro. Las minas corporativas utilizan compuestos de cianuro para liberar el oro mineralizado del yacimiento, lo que hace que sus operaciones sean aún más tóxicas. La intoxicación por cianuro puede ocurrir por inhalación, ingestión y contacto con la piel o los ojos. La fauna acuática muere cuando las concentraciones de cianuro superan unos pocos microgramos por litro. En consecuencia, la muerte de aves y mamíferos se producen cuando las concentraciones superan unos pocos miligramos por litro.
En un año determinado, las minas de oro emiten más gases de efecto invernadero que todos los vuelos de pasajeros entre países europeos. La extracción de oro también es responsable del 38 % de las emisiones anuales de mercurio a nivel mundial, lo que provoca que miles de mineros sufran envenenamiento crónico por mercurio, que puede causar enfermedades debilitantes, especialmente en niños.
“La minería de oro es especialmente contaminante. Y no solo la macrominería, también la micro. En este último caso, no hay absolutamente ningún control de los residuos. En muchas zonas de ríos de Iberoamérica existen barcos que van arrastrando los lodos del fondo buscando oro. Eso mata los ecosistemas fluviales. Por otro lado, para obtener el oro de esos lodos se lleva a cabo una amalgama con mercurio que al quemarse expulsa unos gases altamente contaminantes y muy tóxicos. Aquello de los buscadores de oro que en las películas pasaban por un filtro la arena de los ríos para quedarse con las pepitas de oro ya no existe. Ahora el daño es muy grande”, explica Tomás Arévalo Fernández, doctor en Ciencias Químicas, especialista en Gestión de Riesgos Ambientales.
Y podría seguir página a página exponiendo los peligros de la extracción del oro, pero está claro que, como siempre, el costo humano y ambiental que puede tener su explotación, poco importa a las grandes corporaciones mineras y a los gobiernos.
En un artículo publicado por el sitio de periodismo medioambiental Mongabay, este metal precioso es universalmente reconocido como la forma de dinero que conserva su valor durante tiempo indefinido. Dado que no es corrosivo, aproximadamente el 95% del oro extraído desde los albores de la civilización permanece en circulación, es decir, alrededor de 205 millones de toneladas.
Esta cantidad se reparte de la siguiente manera: 47% se conserva en forma de joyas que, además de su valor sentimental, son una importante reserva de riqueza familiar. A la par, los gobiernos del mundo poseen 17% que se ha utilizado históricamente para respaldar el valor de las monedas nacionales.
Además, a menudo dichas reservas se usan en tiempos de crisis política para estabilizar una economía nacional.
Como metal elemental, el oro tiene numerosos usos: casi el 10% se ha incorporado en componentes electrónicos, informáticos y aeroespaciales, así como en aplicaciones dentales y dispositivos médicos. El restante 23% está en manos de inversores privados como activo financiero para protegerse contra la inflación y la inestabilidad geopolítica.
Y en este punto quiero finalizar, no es casualidad que después de un periodo presidencial en el que el despilfarro de las arcas del Estado ha sido más que evidente, Bukele esté ahora, como Fernando el Católico en el siglo XVI, buscando reabastecerlas a toda costa, aunque el precio social y ambiental sea grande.
En un país donde el agua es escasa, donde muchos mantos acuíferos están altamente contaminados, donde sigue existiendo mucha pobreza, el oro, irónicamente, solo traería más problemas que beneficios a los de siempre, a los de abajo.
https://www.bbva.com/es/sostenibilidad/que-es-la-mineria-sostenible-desafios-de-un-sector-estrategico/
https://es.mongabay.com/2024/04/impactos-ambientales-sociales-mineria-de-oro-panamazonia-libro/
https://theconversation.com/la-mineria-de-oro-es-una-de-las-industrias-mas-destructivas-e-innecesarias-del-mundo-como-acabar-con-ella-200011
https://www.bbva.com/es/sostenibilidad/como-funciona-la-mineria-sostenible-del-oro-claves-de-este-metal-precioso/