Redacción Voz de la Diáspora
París – En el marco de la Semana de la Moda de París, el diseñador estadounidense de origen chicano, Willy Chavarria, presentó su colección primavera-verano 2026 titulada “HURON”, una propuesta artística con una clara carga política que encendió el debate internacional.
El desfile, realizado el pasado 27 de junio en colaboración con la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), fue mucho más que una pasarela de alta costura. Modelos vestidos completamente de blanco y arrodillados sobre el escenario representaron, simbólicamente, de las personas privadas de libertad en el régimen de excepción encarceladas en el sistema penitenciario y las indocumentadas deportadas al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la megacárcel construida en El Salvador como parte del régimen de excepción del gobierno de Nayib Bukele.
La colección fue recibida con opiniones encontradas. Para algunos críticos y defensores de derechos humanos, se trató de una poderosa denuncia contra la deshumanización en los sistemas penitenciarios, en particular en el salvadoreño. Para otros, especialmente entre los simpatizantes del oficialismo salvadoreño, el desfile fue interpretado como una glorificación del crimen y una falta de respeto hacia las víctimas de la violencia en el país.
La reacción del gobierno no se hizo esperar. Desde redes sociales, funcionarios salvadoreños ironizaron sobre la propuesta escénica, sugiriendo que enviarían a los reos a Francia, en un mensaje que muchos interpretaron como una respuesta desafiante a la crítica internacional.
Organismos como la ACLU aprovecharon el evento para visibilizar las denuncias de hacinamiento, torturas y abusos en las cárceles del país centroamericano, que, si bien han sido documentadas por medios y organizaciones internacionales, son desestimadas por el gobierno de El Salvador, que defiende el régimen de excepción como una herramienta clave en su estrategia de seguridad.
El desfile de Chavarria en esta ocasión, mostró en la pasarela no solo telas y cortes, sino también una postura política que incomoda a algunos y da voz a otros.