Por Héctor Murcia
Al menos 200 personas han muerto por una serie de explosiones simultáneas en tres iglesias cristianas, cuatro hoteles y un complejo residencial, en diferentes puntos del país. Las iglesias estaban abarrotadas de personas que celebraban una de las grandes festividades cristianas: el domingo de resurrección.
A raíz de los atentados que todavía no han sido reinvindicados, el gobierno ha decretado el estado de emergencia y ha bloqueado las redes sociales, mientras que la policía ha impuesto el toque de queda en todo el país, ante el temor de nuevos ataques.
Al mismo tiempo, la policía ha informado horas después de las explosiones que han causado más víctimas, que uno de los atentados se ha producido en un pequeño hotel cerca del zoológico de la capital, Colombo, que ha dejado al menos dos muertos, y otra explosión realizada por un kamikaze en un suburbio al norte de esta ciudad ha dejado tres policías muertos.
Según la información que se está dando a conocer por las autoridades, las primeras explosiones se produjeron casi de forma consecutiva entre las 8:45 y las 9 de la mañana, hora local, afectando a las iglesias de San Sebastián y la de San Antonio, ubicadas en un suburbio de Colombo.
Los dos templos estaban completamente llenos de feligreses que celebraban esta simbólica jornada, que pone fin a la Semana Santa. Un portavoz de la policía aseguró a la agencia Reuters que sólo en San Sebastián habían fallecido más de medio centenar de asistentes.
Otra iglesia evangélica sufrió la misma suerte en Batticaloa, en el este del país -a cientos de kilómetros de distancia-, lo que da una idea de la coordinación y la preparación que ha requerido esta serie de atentados.
Las explosiones sacudieron también tres de los hoteles de lujo más conocidos de Colombo: el Shangri-La, el Cinnamon Grand y el Kingbury. Todos de cinco estrellas.
Por su parte, el presidente Maithriipala Sirisena hizo un llamado a la población para que «mantenga la calma» y advirtió que no se deje influir por «la información inadecuada y los rumores» que puedan difundir las redes sociales «para generar el pánico».
Sri Lanka cuenta con una pequeña pero influyente minoría cristiana que representa casi un 7% de una población marcada por la diversidad de creencias, que incluye una mayoría de budistas -un 70%-, pero también hinduistas -un 15%- y musulmanes un 11%.
La historia reciente de este país está llena de conflictos entre estos grupos étnicos y religiosos, aunque la tensión más reciente se ha centrado en trifulcas entre budistas radicales y musulmanes.