Condenada a vicepresidenta Cristina Kirchner, a seis años de cárcel por corrupción

Kirchner no irá a la cárcel, porque tiene fueros como vicepresidenta. Puede apelar además su condena ante la Corte Suprema, un proceso que demora años. Pero el veredicto tiene un impacto político.

Redacción Voz de la Diáspora

Argentina – Seis años de cárcel e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por defraudación al Estado. Los jueces la absolvieron, en tanto, del delito de asociación ilícita, penada con hasta 12 años.

Kirchner no irá a la cárcel, porque tiene fueros como vicepresidenta. Puede apelar además su condena ante la Corte Suprema, un proceso que demora años. Pero el veredicto tiene un impacto político.

Argentina esperó el fallo entre la resignación y la euforia. En el peronismo, y mucho más en su versión kirchnerista, sostienen que están ante la consumación de una larga estrategia persecutoria contra la política más influyente del país. La oposición, que la justicia ha obrado sobre una dirigente a la que achacan todas las maldades posibles.

Cristina Kirchner escuchó el veredicto en el despacho que ocupa en el Senado:

“Esta condena no es una condena por las leyes de la Constitución o el Código Penal”, dijo Kirchner minutos después de leído el veredicto. “Esto es un estado paralelo y mafia, mafia judicial”.

Durante el proceso, que duró más de tres años, Kirchner y el kirchnerismo acusaron al presidente, Alberto Fernández, de no hacer lo suficiente para defenderla en los tribunales.

La sentencia es la primera en la historia de Argentina contra un vicepresidente en funciones. El tribunal la condenó por el delito de defraudación al Estado a la pena máxima contemplada por la legislación.

Una vez firme la sentencia, Kirchner no podrá, además, ejercer cargos públicos a perpetuidad.

Según el fiscal Diego Luciani, el total defraudado a las arcas estatales ascendió a 1.000 millones de dólares durante sus dos mandatos presidenciales, entre 2007 y 2015.

Ante la caída en picado de la imagen presidencial, entre las bases más movilizadas se multiplican ahora los pedidos para que Kirchner sea candidata a presidente en 2023. Una decisión semejante laminaría las aspiraciones de los dirigentes que pretenden asomar la cabeza por encima de la expresidenta.

La vicepresidenta se considera víctima de un “partido judicial”, que con el impulso de la derecha utiliza su poder para sacar del camino a los dirigentes progresistas.

Buena parte de la prensa instaló en la sociedad la idea de que Kirchner era culpable, cualquier fuese el veredicto de este martes, una estrategia que elevó la polarización hasta límites nunca vistos desde el regreso a la democracia, en 1983.