Detención arbitraria de fundador de refugio animal
Redacción Voz de la Diáspora
El Salvador – A casi dos años del inicio del régimen de excepción en El Salvador, para nadie son ya un secreto los atropellos e injusticias que se están cometiendo en nombre de la guerra contra las pandillas. Diversas informaciones ponen en el punto de mira las arbitrariedades con las que son detenidas muchas personas, ya sea por una denuncia a través de una llamada telefónica anónima o solo por el criterio de un agente policial.
A mediados del año pasado, las autoridades reconocían que 6.000 detenidos eran inocentes, y aseguraban que ya habían sido liberados. Sin embargo, otros organismos señalaban que todavía habían 14.000 personas presas que nunca han tenido relación con las pandillas. Cifra que ha ido fluctuando conforme sigue vigente el régimen de excepción.
A estos casos se suma el de Juan Carlos Cornejo Martínez, un reconocido rescatista de animales abandonados, quien hace unos años, con medios propios, fundó un refugio animal en el occidente del país, específicamente en El Congo, Santa Ana. De hecho, Juan Carlos ha colaborado estrechamente con la municipalidad, de lo cual dan testimonio personas de esta institución.
Juan Carlos fue detenido el pasado miércoles 10 de enero, cuando agentes policiales le requirieron para verificar unos datos, sin embargo, al estar en la delegación policial, fue detenido porque una persona le había denunciado a través de una llamada anónima. Al día siguiente fue trasladado al penal de Izalco, después de haberle acusado de supuestas agrupaciones ilícitas y extorsión.
Aunque sus familiares han pedido información sobre su estado, les ha sido negada. Por lo que a día de hoy no saben nada de él, temiendo por su salud ya que sufre una discapacidad reconocida por el ISSS.
Casos como el de Juan Carlos Cornejo Martínez, el rescatista de animales abandonados, pone de manifiesto el hecho de que muchas personas que nada tienen que ver con las pandillas, ven sus vidas arruinadas por una simple denuncia anónima malintencionada.
De momento, familiares y amistades de Juan Carlos se han volcado incondicionalmente para hacer todas las gestiones necesarias tanto para lograr su libertad como para mantener el refugio animal.