Por María Teresa Pérez
Por cuarta vez, dos de esas consecutivas, la selección femenina de fútbol de Estados Unidos alzó la copa mundial de fútbol. Como las mejores del mundo, las futbolistas demostraron que no llegaban a defender el título sino a conseguirlo de nuevo.
Jugaron con el alma y corazón frente a Holanda, fuerte, ordenada, organizada y guerrera, una selección que también dio todo en la cancha, pero que al final fue vencida por dos goles a cero en el Stade de Lyon, Francia. El primer golpe al corazón de los holandeses llegó con un penalti cobrado por Megan Rapinoe, capitana del equipo de las barras y las estrellas, mientras que el segundo, lo anotó Rose Lavelle.
Holanda, una selección que se mantuvo fuerte e inquebrantable durante el primer tiempo le dio mucho que hacer a Estados Unidos. Sin embargo, la selección estadounidense guerreó con todos los poderes durante el segundo tiempo.
La presión de las estadounidenses era notable, ya que desde que comenzó el torneo, como campeonas mundiales, permanecieron en el ojo del huracán. Especialmente, porque también mantienen una demanda abierta contra las autoridades del deporte en Estados Unidos, por discriminación de género, mejores condiciones de trabajo y salario igualitario.
La capitana del equipo, Megan Rapinoe, de 34 años, abiertamente homosexual, es la líder de dicha campaña, asimismo, dirige una lucha contra la homofobia y el sexismo, situación que la ha llevado a enfrentarse con el presidente Donald Trump.
https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1147946170293071872
Las estadounidenses han sido campeonas mundiales en 1991, 1999, 2015 y 2019.
Reconocimientos
Megan Rapinoe: Bota de oro
Alex Morgan: Bota de plata